Opinión

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Recordando que la basura puede ser energía

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25 de marzo de 2018, 8:00 AM
25 de marzo de 2018, 8:00 AM

El 10 de abril de 2016 publiqué un comentario referido al uso de la basura como  energía. Que yo sepa, no tuvo repercusión, tal como sucede en nuestro medio con casi todo lo sugerido de buena fe. No importa, hay que machacar, algo quedará. Acerca del tema, días atrás el ecologista argentino Federico Caeiro expresó que la basura sigue siendo una  importante fuente -renovable- de energía alternativa. Y tiene razón. Mientras exista gente agrupada en un lugar, siempre tendremos desperdicios. Es mejor aprovecharlos y no acumularlos, pues a la larga producen dañinos efectos.


Caeiro afirma que tratando 2.000 toneladas por día es posible generar energía para 500.000 habitantes. En Santa Cruz de la Sierra -para los casi tres millones de habitantes que ya tiene- precisaríamos 12.000 toneladas diarias de desechos para energizar la ciudad y al mismo tiempo reducir las emisiones nocivas del ‘efecto invernadero’. Existen numerosas plantas de tratamiento de residuos en la Unión Europea y lo más notable es que  vivir cerca de ellas no tiene ningún efecto nocivo sobre la salud. No tengo el dato sobre la cantidad diaria o mensual de residuos que se recogen en la capital oriental, pero debe ser una cantidad considerable, a la que cabe agregar el  montón de desechos tumefactos -a lo largo de la urbe- que cotidianamente son arrojados en diversos lugares por ciudadanos desaprensivos. No en vano se catalogó a nuestra ciudad como una de las más sucias del continente. Es por eso que urge aprovechar el enorme potencial energético de tanta basura y de paso ‘limpiar’ ese estigma urbano.


La basura es  también una cuestión de salud pública. El dengue y otras habituales plagas que asuelan periódicamente al territorio cruceño mucho tienen que ver con la falta de higiene producida por el exceso de basura, el descuido de la gente y el desorden municipal. De ahí la importancia del ya planificado traslado de mercados, proceso que debe terminar de ejecutarse a la brevedad y proteste quien proteste; el futuro de la ciudad está en juego. Los desperdicios acumulados por doquier sirven como criaderos de bichos y mosquitos transmisores de muchos males, entre ellos el dengue. Asimismo, espacios públicos y privados tienen que estar siempre impecables y los infractores sujetos a duras sanciones por dañar o ensuciar el ornato urbano ¡Usemos la basura como energía, démosle un buen uso a lo que hoy es una pesadilla!

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