Opinión

Que no se desperdicie la oportunidad

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29 de agosto de 2018, 4:00 AM
29 de agosto de 2018, 4:00 AM

Las revoluciones demandan valientes que se atrevan a remover las estructuras y avanzar para lograr transformaciones de fondo que permitan la expansión de la conciencia. La Universidad Autónoma Gabriel René Moreno tiene hoy la oportunidad de dar un salto cuántico de calidad, de ética y de integración con la sociedad. Es eso o permanecer inmóvil profundizando una crisis que fue puesta en evidencia por los estudiantes y los docentes desde hace un par de años.

Fue precisamente en 2016, en pleno proceso para elegir rector, vicerrector y autoridades académicas, que salieron a la luz denuncias que hablaban de la existencia de una rosca de privilegiados en la docencia y en cargos jerárquicos; de la escasa o nula evaluación de los docentes para su permanencia en esa casa de estudios superiores; del uso discrecional de recursos, sin mecanismos eficientes de fiscalización, como en el caso de becas, contratación de personal administrativo, etc.; también se habló de la injerencia y manipulación de parte de partidos políticos; de la existencia de estudiantes que llevan más de una década como tales; amén de otras sindicaciones como la venta de exámenes o del bajísimo lugar que ocupa entre otras universidades del continente.

La situación había tocado fondo y tanto estudiantes como docentes se habían dado cuenta. Como respuesta a la crisis y a la convulsión desatada, se habló de la convocatoria a un congreso universitario y se lo comparó con una asamblea constituyente, capaz de cambiar estatuto, replantear el horizonte y el rol de la universidad, cuestionada también por su escaso aporte a la sociedad y el bajo nivel de producción de conocimiento.

Ha llegado el momento. El congreso universitario comenzó este lunes. Durante una semana o más, docentes y estudiantes elegidos mediante voto, son los encargados de plantear, discutir, analizar y consolidar reformas al estatuto de esta casa de estudios superiores. Una comisión ha estado trabajando en las propuestas, pero hay susceptibilidad, temor de que la oportunidad que se abre sea desperdiciada y que se haga el amague de cambiar todo, para no cambiar nada.

Hasta ayer, el debate de fondo no había comenzado porque la U se mantenía en un proceso organizativo. La propuesta que parece sonar más se refiere a la desconcentración del poder; que las decisiones y el manejo de recursos esté compartido entre el Rectorado, el Vicerrectorado y las facultades; que haya más vicerrectores, con el fin de que se destine mayor presupuesto para la investigación; también que haya paridad docente estudiantil.

La universidad Gabriel René Moreno tiene más de 100.000 estudiantes y está en el departamento más poblado y con mayor generación de aporte al PIB nacional. Es fundamental que sea un puntal del desarrollo, a través de la producción de conocimiento, la investigación y el aporte a los sectores productivos. La autocrítica permitirá reconocer la realidad actual y avanzar en la construcción de una institución de calidad, capaz de ubicarse entre las mejores del continente. Hay mucho por hacer. Que la oportunidad no sea desperdiciada.

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