Opinión

Que el SUS no sea una promesa electoral

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14 de agosto de 2019, 4:00 AM
14 de agosto de 2019, 4:00 AM

El Seguro Universal de Salud (SUS) ya tiene vigencia en el departamento de Santa Cruz. El Gobierno nacional y el gobierno departamental sellaron el acuerdo con un apretón de manos, en medio de sonrisas amables, entre el gobernador y la ministra de Salud. Se ponen en marcha 1.200 prestaciones médicas en centros de salud del primer nivel, así como en hospitales del segundo y el tercer nivel.

Santa Cruz ha sido el último departamento en suscribir el acuerdo con el Gobierno nacional. El argumento para no hacerlo durante medio año se refería a que la norma que respalda al SUS invadía las competencias departamentales y centralizaba la salud, así como que era preciso que el Estado nacional cubra la deuda histórica de ítems con esta región. A ello se sumaba el sesgo político debido a que el MAS (a cargo del Poder Ejecutivo Nacional) es adversario del Movimiento Demócrata Social (a cargo de la Gobernación departamental).

El tira y afloja entre ambos gobiernos se realizaba en el departamento más poblado del país, el que recibe más migrantes (la tasa es del 2,2% por año) y el que también presta servicios de salud a personas que viven en otras regiones y que llegan a esta porque aquí hay hospitales de tercer nivel y prestaciones como el acelerador lineal o la braquiterapia, que no existen en el resto del país.

La puesta en marcha del SUS arranca con 214 millones de bolivianos, de los que 141,7 provienen del Gobierno nacional y el resto de la Gobernación, lo cual es una buena noticia, aunque se sepa que ocurre en año electoral y que salda deudas históricas, cuyo pago era postergado históricamente. Asimismo, una de las conquistas es la creación de 408 ítems para el personal de los hospitales del tercer nivel y 179 para funcionarios que venían trabajando con contratos temporales (cubiertos con recursos de la Gobernación cruceña). Estos nuevos cargos y asignaciones salariales de parte del Estado nacional serán creados en el transcurso del año.

Otro hecho que viene aparejado a la firma del acuerdo es que el Ministerio de Salud finalmente otorgará recursos económicos para saldar una parte de lo que el Estado le debe a la Maternidad Percy Boland y que obligó a este hospital a considerar la posibilidad de cerrar servicios, por el hacinamiento en que debían permanecer los recién nacidos en la sala de Neonatología.

En suma, es bueno que se suscriba el acuerdo que da luz verde al SUS en Santa Cruz, pero hay que esperar a que se aplique como se ha prometido; que los pacientes tengan acceso real a todas las prestaciones; que sean atendidos con calidez y que el padecimiento por la salud se acabe de una vez por todas. Los médicos alertan que no será así, porque insisten en que de nada sirve crear leyes sobre el papel si los hospitales carecen de personal y equipamiento para atender a toda la población a la que se le promete salud gratuita.

En tal sentido, hay que esperar que la firma del acuerdo del SUS y el desembolso de los primeros recursos económicos para sostenerlo no sean fruto de la campaña electoral, en la que los gobernantes nacionales y subnacionales hacen grandes ofertas para mantenerse en el poder. Que el Seguro Universal de Salud sea la muestra de que ahora sí hay una real preocupación por la vida de los bolivianos.

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