Opinión

¿Por qué no funciona el nuevo mercado La Ramada?

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10 de diciembre de 2017, 10:02 AM
10 de diciembre de 2017, 10:02 AM

En 2012, el gobierno municipal comenzó a construir el que debía ser el nuevo mercado La Ramada, en el sexto anillo, entre Doble Vía a La Guardia y av. Moscú, para albergar a vendedores ambulantes que atestan la avenida Grigotá, el segundo anillo, la calle Isabel La Católica y llegan hasta la avenida Ana Barba, inclusive . 

El 2014, tras invertir unos Bs 60 millones (casi $us 10 millones), terminaron la construcción. Jesús Cahuana acusó a la señora Sosa de haber vendido puestos, ella lo demandó y él terminó preso. Después de salir, Cahuana fue elegido concejal, se hicieron amigos y el mercado no cumplió su función social ni económica hasta 2017, cuando ambos ‘se aliaron’ y se decidió intervenir el espacio, concretamente en la zona de parqueos para colmarla con 7.000 comerciantes más o menos. 

¡Veamos los detalles y las rarezas! La superficie del terreno es de 107.504 m2; el espacio construido es de 52.915 m2. El área de parqueos tiene 54.589 m2. Según el informe municipal hay 5.600 puestos a ser habilitados. De acuerdo a lo revisado, el mercado se apegaba al Art. 539 del Código de Urbanismo y Obras, donde define las plazas de estacionamiento según usos de edificación y establece que supermercados, mercados o galerías comerciales de más de 300 m2 de superficie, deberán destinar un área de parqueo igual al área de exposición y ventas. 

Además de lo técnico, se trabajó con las asociaciones de La Ramada donde se contabilizó alrededor de 4.000 vendedores en la calle, pero se planificaron 5.600 puestos. En 2017, en sesión del Concejo, se acordó ampliar el área de mercado de 5.600 a 7.000 metros cuadrados (ya hay más gremiales, claro, ¿qué esperaban después de cinco años?). 

Hay una Resolución de Concejo Municipal que amplía el ‘nuevo mercado’ en 1.400 puestos; lo que implica que la superficie a construirse ‘avanzó’ sobre el mismo lote de terreno, generando un problema. El Código de Urbanismo y Obras dice que el espacio a construirse tiene que tener un estacionamiento del mismo tamaño, es decir, que el espacio municipal debía expandirse en tamaño en al menos 30.000 metros cuadrados; de otra manera se incumple la norma.

Para ello decidieron expropiar los metros requeridos y se sabe que van a pagar más de $us 160 por m2 de un terreno (o varios), que debe ser igual a la superficie de las áreas construidas, para cumplir con la norma municipal; en este caso, unos 107.504 metros (más de 10 hectáreas). Se sabe que, además, van a pagar el valor de las edificaciones internas de los lotes.  

Es evidente que por lo menos hay un procedimiento cumplido, hay licencia ambiental para el trabajo el inicial y para la ampliación; eso se puede constatar en la Gobernación, aunque, en su momento no se presentó la documentación que probaba la propiedad de los predios ‘a intervenirse’ (a estas alturas y por el precio, es difícil decir que fue una expropiación simple); al menos en eso cumplieron, pero alguien debe dar una explicación de por qué no se ocupó el lugar por tanto tiempo, cuánto cuestan los terrenos comprados y cuánto más va a demorar hasta ser usado. 

La propaganda habla de ‘ordenar la ciudad’. Hacerlo desde la Ramada es una necesidad primordial. Comenzaron la construcción y no arreglaron el traslado con los gremiales; ampliaron y mucho más después… compraron los predios para los estacionamientos (habría que ver si son los mismos metros de la construcción, para estar en norma). Y, uno que todo lo mira, se queda con la idea de que es casi imposible hablar de orden en la ciudad si el municipio no tiene orden en lo que hace. La ciudad es buen negocio de muchos, la propaganda divide a los ciudadanos en dos bandos, los que buscan ‘apreciar’ sus zonas y quieren a los vendedores lejos y, los que creemos que esas no son las maneras de hacer de esta ciudad, una mejor ciudad. Pero no se preocupe, no no nos preocupemos… sigue la fanfarria… ¡Hay retreta el jueves! 

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