Opinión

¡Pobre Almagro!

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26 de mayo de 2019, 4:00 AM
26 de mayo de 2019, 4:00 AM

Cuando don Diego de Almagro llegó a esta parte de América tuvo un amigo y socio muy querido en las épocas de la Colonia. La ambición de los conquistadores los separó en una guerra. Para no seguir peleando su cuate, Francisco Pizarro le dijo que vaya al sur a conquistar Chile. Lo convenció asegurándole que ahí encontraría mucha riqueza, mucho vino, le sugirió que vaya a cantar al festival de Viña del Mar y ahí iban a darle una antorcha de plata y otra de oro, que ahí la iba a pasar muy bien. Así Pizarro se deshizo de Almagro, durante dos años en los cuales deambuló por los desiertos chilenos, ni conquistar tierras ni rotas, porque los indígenas de la zona lo corretearon.

Fue esa la primera vez que un Almagro se quejó de que lo habían tratado mal. La segunda ya no dijo nada porque sus enemigos entraron a su celda lo ahorcaron y para que no siga diciendo macanas, lo degollaron sin anestesia. Ya en este siglo, en estos días otro Almargo se quejó a nuestro Inca de que sus opositores lo habían agredido, cosa que a mi suegra no le parece bien porque no es justo que a un hombre de bien, lo maltraten tan mal. Pero ese no es el problema mayor. Primero porque no fue agredido y que la agresión la hizo él ante este país avalando la injusticia que pone en riesgo la democracia en Bolivia.

Dicen que es bipolar porque un día dice una cosa, otra dice otra cosa. No, no es bipolar. Es un simple sinvergüenza que miente sin ponerse colorado. En la OEA hizo ante el mundo una declaración acorde a su investidura. Dijo que ante todo está la Constitución y nadie debía violarla, pero cuando llegó de invitado al Chapare, la hoja sagrada que bailaba en el collar de su cogote, lo embrujó y dijo todo lo contrario. Dijo que sería un acto de discriminación dejarlo en ‘ofsay’ al pretendiente de lo no debido.

Para hacer simple la explicación es como usted diga a su amada; te quiero para que no me quieras, porque no te quiero queriéndome. Suena bonito, poético hasta puritano pero es simplemente un perreo que maneja muchas verdades para decir una mentira.

Esa parte ya entendió mi suegra. La parte que no entendemos ni ella ni yo, es lo que al salir de nuestro país negó haber avalado a Evo, que disque solo dijo, que eliminarlo de la contienda de octubre, sería discriminatorio. Es decir, lo mismo, sin que sea lo mismo.

Hay caretas en todas partes, hasta en la presidencia de la OEA. Si él que es un árbitro en América se hace el del otro viernes con tanto cinismo; ¿¡quién podrá defendernos!?

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