Opinión

Piñera y las señales desde Chile

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15 de marzo de 2018, 4:00 AM
15 de marzo de 2018, 4:00 AM

Sebastián Piñera acaba de asumir el poder en Chile por segunda vez en menos de diez años. Tras una impecable transmisión de mando, el empresario tomó las riendas de uno de los países más sólidos y de mayor desarrollo de América Latina.

Con el paso de la banda presidencial de la socialista Michelle Bachelet al conservador Piñera, Chile vuelve a mostrar la fortaleza de su democracia y de sus instituciones, un perfil político que marca diferencias con varios países de la región. Más de 1.300 invitados especiales, entre ellos el presidente Evo Morales, fueron testigos de una alternancia constitucional que obliga a tener políticas de Estado concertadas en temas clave para esa sociedad.

Durante su discurso de asunción de mando, planteó cinco acuerdos fundamentales para relanzar a Chile como país desarrollado: infancia, seguridad ciudadana, salud de calidad, indígenas y lucha contra la pobreza. 

Uno de los mayores desafíos para la gestión de Piñera será sacar a ese país de un cierto estancamiento económico (Chile creció apenas un 2,3% en el último año), producto de la baja en los precios de las materias primas. Además, el mandatario planteó el combate a la corrupción, un fenómeno nuevo en la política chilena que ha sacudido la gestión de Bachelet en sonados casos que afectaron a funcionarios públicos. No será menor la reforma tributaria y el planteamiento de impulsar una reforma de la Constitución para adecuar al Estado chileno a los cambios en su sociedad.

También será importante enfrentar la demanda marítima boliviana que se sustancia en la Corte Internacional de La Haya, donde también se dilucida el conflicto por las aguas del Silala. Con Piñera, que tiene una visión conservadora del conflicto con Bolivia, se tendrá que iniciar una eventual negociación que pudiera solicitar el máximo tribunal internacional.

El regreso de Piñera al poder consolida el giro a la derecha que se viene dando como tendencia en América Latina, donde las propuestas del Socialismo del Siglo XXI están en franco retroceso.

El mandatario chileno no la va a tener fácil en temas críticos como la reforma de la educación, los derechos de las minorías sexuales y de las mujeres. La situación es aún más compleja debido a que su partido no contará con mayoría en el Congreso, lo que obligará a establecer difíciles esquemas de concertación con la oposición.

De la mano de Sebastián Piñera, Chile inicia un nuevo mandato presidencial de forma ordenada y con la visión clara de que lo importante está en la economía y en una mayor integración social de los secto-res que todavía no disfrutan de los beneficios del crecimiento.

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