Pensar en grande para resolver los problemas
La realidad y la problemática urbana demandan que se gobierne pensando en grandes acciones, para problemas que cada vez se hacen más graves.
Santa Cruz es el departamento más poblado del país y con mayor cantidad de migrantes que provienen del interior y exterior de su territorio (según el Censo de Población y Vivienda, en 2012 había medio millón de personas nacidas en otros lugares, cifra que por supuesto ahora es mayor). Por consiguiente, es lógico que esta urbe tenga una creciente demanda de servicios y problemas que son fruto de la expansión poblacional vertiginosa que se registra.
El crecimiento vegetativo, sumado a la migración procedente del interior y exterior del país, están llevando a que en Santa Cruz haya situaciones de fondo y de urgente solución, como el caótico tráfico vehicular, el tratamiento de la basura que se genera, el manejo de las cuencas del río Piraí, las inundaciones que ocurren cada vez que llueve más de lo normal. Las políticas municipales aisladas resultan insuficientes porque no atienden las dificultades en toda su magnitud.
Las crecidas en el río Piraí demandan una solución integral que debe incluir a todas las regiones que se ven afectadas. Cuando se piensa en el caos del tráfico, no se puede generar una acción sin tomar en cuenta que muchos de los causantes del desorden son motorizados que dan servicio a pobladores de los alrededores de Santa Cruz de la Sierra. En el caso del drenaje pluvial, el plan presentado por el alcalde Percy Fernández al presidente Evo Morales, demanda una inversión que supera los 1.000 millones de dólares y que debe ser responsabilidad de todos los niveles de Gobierno. Lo mismo ocurre con el tratamiento de la basura, donde la responsabilidad compartida ayudaría a que tengamos más limpieza y que los ciudadanos aprendamos a separar los desechos y reciclar.
Los problemas ya son evidentes, pero lo ideal será que los seis alcaldes de la mancomunidad municipal trabajen en una planificación de largo plazo, en vez de soluciones de emergencia. Para ello se necesita visión estratégica y voluntad de hacer las cosas pensando primero en el ciudadano.
El trabajo en equipo también permitirá sortear las dificultades económicas, ya que la Gobernación de Santa Cruz volverá a tener recortes en su presupuesto, mientras que los municipios también reciben menos, como efecto de la desaceleración económica mundial y los precios de los hidrocarburos que no son los ideales.
En esa lógica, ha llegado el tiempo de dejar a un lado los colores políticos y comenzar a coordinar entre municipios, entre Gobernación y Alcaldía y también demandar que el Estado nacional pueda compartir responsabilidades, en el marco de las competencias establecidas en la Constitución Política del Estado.
No hacerlo significará que se profundicen los problemas y que se postergue la posibilidad de mejorar la calidad de vida de todos los habitantes.
