Parahelicoprion Mariosuarezi

Resulta una tarea sin éxito encontrar un currículum más redondo en materia de Geología y Paleontología en todo el país que el del Dr. Mario Suárez Riglos, no solo por su aporte científico ampliamente reconocido, sino por su desprendida y desinteresada tarea de transmitir sus conocimientos generación tras generación, habiendo acumulado en casi 50 años de docencia la increíble suma de más de 10.000 estudiantes formados, no solo por sus cátedras, sino hasta con la complicidad de una tertulia en su casa con café y masaco; tengo el privilegio de ser uno de ellos junto con otros investigadores.

“Anhelamos un centro de investigación y museos”, fue la frase principal del ‘Doc’ –como lo llamamos afectuosamente– cuando fue entrevistado a raíz de uno de sus reconocimientos (EL DEBER, 15/09/2017). ¿Cuándo empieza su pasión por los fósiles?, era una de las preguntas de la entrevista, y es que escucharlo hablar de fósiles es respirar un aroma de vocación absoluta, no por nada uno de sus descubrimientos lleva su nombre, precisamente el Parahelicoprion MarioSuárezi, un tiburón prehistórico encontrado en Batallas, departamento de La Paz, de la era del periodo pérmico, alrededor de 270 millones de años cuando todo el actual territorio nacional estaba bajo aguas marinas, como bien lo sintetizó nuestro amigo Diego Belfort, cuando alguien quiso saber el porqué de los reconocimientos del ‘Doc’.

Podríamos relatar muchas anécdotas y enseñanzas recibidas del ‘Doc’ y ni qué decir de nuestra pasión por Oriente Petrolero, pero quedará siempre en mi memoria cuando siendo él presidente de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, además de aceptarme como miembro de la institución, me motivó y encaminó en la difícil tarea de escribir nuestras ideas.

Para quienes estimamos al ‘Doc’ no podemos recibir sino es con absoluta alegría, la noticia que la Gobernación de Santa Cruz hubiera decidido denominar a su más reciente repartición como Sala de Interpretación Arqueológica Dr. Mario Suárez Riglos, en un justo reconocimiento a su labor por la arqueología, museos y tantas otras de sus pasiones.
Mil felicidades, ‘Doc’.