Opinión

Palmasola y una “nueva historia”

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16 de marzo de 2018, 4:00 AM
16 de marzo de 2018, 4:00 AM

Con un violento despliegue de uniformados y una entusiasta retórica, las autoridades policiales acaban de anunciar el comienzo de una “nueva historia” de Palmasola, marcada en los años pasados y en las últimas horas por una seguidilla de trágicos sucesos y por una patética realidad. Este nuevo capítulo de la terrible historia de la cárcel se estrenó con el saldo de ocho muertos y decenas de heridos, además de rimbombantes promesas de cambio y de declaraciones exitistas de quienes comandaron el sangriento operativo de retoma del control del penal más poblado de Bolivia. 

Resulta increíble que sean las propias autoridades las que celebren haber reconquistado el gobierno que perdieron durante largos años en la cárcel. La muestra más contundente de que en Palmasola reinaron los presos organizados en grupos de poder son los decomisos en la madrugada trágica del miércoles. En el predio carcelario se incautaron de armas, granadas de guerra, cientos de sobres de cocaína, plantaciones de marihuana, destiladoras de alcohol, cientos de teléfonos celulares, frigobares y televisores conectados a antenas satelitales, entre otros electrodomésticos.

Ninguna novedad hasta ahí, ya que quienes visitaron alguna vez Palmasola no entendieron seguramente nunca cómo esa especie de ciudadela, que abarca sobre todo el régimen abierto, califique como cárcel. Todo lo decomisado en el megaoperativo entró algún día al penal con la complicidad de alguien. De este punto no hablan ahora los que prometen una “nueva historia” para Palmasola. El “régimen de terror” que aseguran haber desarticulado operó porque los vigilantes lo toleraron. En consecuencia, poco realmente cambiará si las medidas solo alcanzan a las organizaciones de los presos, pero no tocan a los que alimentaron durante tanto tiempo un sistema mafioso de privilegios conseguidos mediante elevados “aranceles”. 

A pesar de estas dudas, habrá que confiar por ahora en la intención de las autoridades de comenzar una etapa distinta en Palmasola. Para eso se tienen que tomar decisiones inteligentes y diferentes al uso desmedido de la fuerza. Las medidas deben tener un alcance integral y no únicamente represivo. Por lo tanto, requiere de estrategias y medidas que alcancen a distintos actores y no únicamente a la Policía. Solo así la triste y luctuosa historia de la cárcel de Santa Cruz dejará de repetirse.  

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