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11 de julio de 2019, 4:00 AM
11 de julio de 2019, 4:00 AM

Por sus peleas, argumentos y eventuales frases desafortunadas, los políticos son los payasos de nuestra sociedad. Gracias a ellos existe el humor político que hizo grandes a muchos escritores, incluido nuestro Paulovich, que partió al más allá tras años de habernos alegrado la vida en el más acá.

Las payasadas arrecian en tiempo electoral como el que vivimos. Dos de ellas fueron particularmente llamativas y ocurrieron en Sucre y Potosí.

En la capital del Estado, el oficialismo montó una tragicomedia con motivo de la visita del candidato Carlos Mesa. Un grupo se fue hasta el lugar donde el aludido estaba firmando un acuerdo político y exigió justicia para las víctimas de octubre negro. Unos cargaban un ataúd de cartón mientras un trío de mujeres, vestidas de luto, intentaba representar a las viudas de aquellas luctuosas jornadas.

En la Villa Imperial, un opositor, dizque representante de una plataforma ciudadana, logró colarse a la testera donde estaba el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero. Le entregó una bandera del 21-F y ahí estalló el drama.

En Sucre, la payasada del cortejo fúnebre llegó a su clímax cuando opositores pedían justicia para los caídos en octubre y los simpatizantes de Mesa respondieron haciendo lo mismo para La Calancha. De pronto, uno de los oficialistas apareció en el suelo y los gritos se convirtieron en alaridos. “¡Lo han pegado!… y la denuncia se publicó en las oficiosas redes sociales. En Potosí, el opositor era sacado literalmente a patadas de la testera y conducido a celdas policiales.

El detalle es que, según se puede ver en el video de la supuesta agresión, el tipo al que supuestamente golpearon se tiró al suelo y fingió haber recibido golpes, al mejor estilo de Neymar, el brasileño que no pudo salir campeón de la Copa América porque fue lesionado antes de que esta arranque. Y el opositor que se acercó a Zapatero tuvo su media hora de fama.

Algún desprevenido medio nacional lo entrevistó y él dijo que admiraba a Samuel Doria Medina. Claro, no podía ser de otra forma ya que el detenido y supuesto pateado es el asesor de una concejala potosina de Unidad Nacional que decidió ir a meterse a la boca del lobo, cual intrépido kamikaze, solo para desprestigiar al adversario.

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