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17 de abril de 2018, 4:00 AM
17 de abril de 2018, 4:00 AM

En las columnas de opinión, de la prensa nacional, tres de los cuatro artículos que se publican diariamente tienen que ver con el criterio político de los columnistas, ya sea a favor o en contra del Gobierno. Tomando en cuenta esta realidad es que, desde que acepté escribir en los periódicos, me propuse darle prioridad a temas culturales, porque considero que reflexionar sobre ellos también es una forma de hacer política, y nos ayuda a mejorar como personas. 

También lo hago porque creo que, por encima de nuestros desencuentros, Bolivia posee una grandiosa diversidad cultural que debemos conocer, difundir y promocionar juntos. Tenemos extraordinarios músicos, pintores, escritores, fotógrafos, escultores y ensayistas; así como prodigiosos artesanos. Puede ser que, en muchos casos, peque de cierto nacionalismo cultural, y no me avergüenzo de ello, porque creo que destacar nuestros valores culturales eleva nuestra autoestima. Reconocimiento necesario para fortalecer nuestra identidad nacional y seguir creyendo en la patria y en lo que somos; sin embargo, esto no quiere decir que no haya escrito sobre creadores extranjeros, pues pienso que lo universal nos permite entender lo local, y viceversa, en una imprescindible complementariedad.

Esta tarea me ha dado la satisfacción de leer a nuevos autores y reseñarlos; así como comprender y amar la compleja tradición cultural de nuestros pueblos indígenas; reconozco sinceramente que estas lecturas me han enriquecido espiritualmente. Comento con mucha alegría los logros de otros, porque creo que el poder de la palabra es necesario para reconocerle al prójimo sus valores. Escribo sobre ellos porque así devuelvo el apoyo que me dio mucha gente cuando me inicié en la escritura; me siento satisfecho de que mis reseñas y comentarios sirvan de referencias para diccionarios y estudios literarios nacionales e internacionales. 

Lo mismo hago en las redes sociales en las que comparto literatura, música, ensayos y no permito que nadie insulte a otros porque al existir miles de páginas y personas que lo hacen, intento apartarme del odio y el rencor. Cuando es necesario también hago saber mi malestar en temas como los de racismo y discriminación, que es una de las grandes fallas del actual proceso. Como dice mi amigo José Luis Ballivián, lo plurinacional se quedó en el discurso oficial y no llegó a la sociedad. La gran tarea es hacer que la descolonización deje de ser folclórica. 

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