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19 de febrero de 2019, 4:00 AM
19 de febrero de 2019, 4:00 AM

Desde hace años vengo reseñando libros de autores nacionales y extranjeros porque después de leer un poemario, una novela o un libro de cuentos me gusta compartir el placer que sentí al leerlos. En ocasiones tengo la suerte de encontrarme con algunas joyas literarias como la novela Los mellizos de Nápoles, de la escritora Gabriela Ovando.

Ovando es periodista y novelista con varios libros de estudios críticos, crónicas y novelas. En Los mellizos de Nápoles cuenta la historia de Francisco de Paula Sanz, el último gobernador realista de Potosí durante el periodo 1788-1810; asesinado el 15 de diciembre de 1810 por los patriotas alzados en armas. La escritora hace gala de una prosa depurada, precisa en los diálogos y descripciones, por momentos exquisita y con muchas nostalgias de palabras coloniales tanto del español como del italiano que le permite recrear los ambientes, las circunstancias y la vida de la corona española, así como del virreinato de La Plata.

La voz de la hermana de Francisco va narrando los 22 años que estuvo en las “soledades centrales de Sudamérica”, sin embargo y con una maestría digna de destacar la escritora combina procesos y periodos históricos trascendentales en la Audiencia de Charcas y de la nueva República, llegando a la época actual. Ovando tuvo la paciencia de una gran investigadora de las costumbres de la época, la acuciosidad de un historiador responsable y el talento de una gran escritora para escribir una obra que al decir de Manuel C. Díaz: “Es una novela histórica escrita con la minuciosidad de los textos académicos y con la fluidez y belleza narrativa de la gran literatura”.

En sus páginas aparecen y desaparecen los nombres de Julián Apasa, Bartolina Sisa, Mariano Moreno, Castelli, Juan Hualparimachi, Bolívar, Sucre, Andrés de Santa Cruz y la “numerosa comparsa de políticos previos y caudillos posteriores”. A propósito de la Guerra de la Independencia, una voz afirma que “la revolución se daba desde arriba”, ante la mirada impenitente de cholos que despreciaban a los indios y foráneos abusivos que les arrebataban sus tierras. Un detalle que me llamó la atención es el guiño que la escritora hace a otros escritores parafraseando algunas de sus famosas citas en el momento oportuno, guiños que respetan la inteligencia del lector. Una gran novela que, a través de la vida de una familia, narra los defectos y virtudes del surgimiento de una nación y su proyección actual.

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