Opinión

Los empresarios y el momento político

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3 de febrero de 2018, 20:04 PM
3 de febrero de 2018, 20:04 PM

Bolivia ha entrado a un momento de pugna por el poder que probablemente se desarrollará sin tregua y sin parangones en los próximos 21 meses, cuando se defina quién gobernará de 2020 a 2025. La conflictividad seguirá en alza hasta que se diluya la matriz que la produce, que es el respeto o no a la votación del referéndum del 21-F, según algunos pronósticos.

Hemos tenido un fin de año y un comienzo de 2018 frenético y hasta agobiante por la efervescencia social y política, que no se acabó con la abrogación del Código Penal. Hay por ahora una pausa, pero las fuerzas de uno y de otro lado se reorganizan para intensificar la confrontación el 21 de febrero.

La apuesta de los movimientos cívicos y ciudadanos,  que reclaman el respeto al resultado del 21-F, es ahora mucho más alta y de posibles mayores consecuencias. Apunta a articular y a ejecutar un paro nacional. Del lado del Gobierno se anuncian movilizaciones callejeras para defender en la misma jornada al presidente Evo Morales, lo que anticipa un escenario más complicado y de un enorme riesgo.

El mes pasado hemos vivido una escalada de tensiones que no se dieron en los años anteriores, con un alcance casi nacional. Santa Cruz paró después de una década y con una variante inédita y gravitante como han sido las influyentes plataformas ciudadanas. Los nuevos actores sociales se sumaron a la valiente protesta médica y acumularon una fortaleza capaz de despertar a una institucionalidad cruceña que parecía dormida y atemorizada. Hubo incluso una dura interpelación a las actitudes y a los roles que han desempeñado en años recientes instituciones y sectores con notable peso y  trayectoria en momentos de luchas por reivindicaciones.

Uno de los sectores interpelados por algunos movimientos ciudadanos ha sido el gremio empresarial, que decidió asumir en tiempos recientes una conducta prudente y distante de la pugna política. 

Fue evidente que después de que el Gobierno reclamó a los privados dedicarse a los negocios y no a la política, la dirigencia del sector optó por evitar involucrarse directamente en la confrontación partidaria. Sin embargo, la efervescencia social y el nuevo ciclo que parece abrirse ha puesto al gremio empresarial en un brete, ya que los actores de la repolarización del país le exige definirse frente al dilema de acatar o no  un paro. Es de suponer que los privados no están de acuerdo con medidas que afectan a la economía. Sin embargo, situaciones como las que se viven ahora los presionan para que definan si actuarán pensando en el interés gremial o en el interés colectivo.

Es muy incómodo definirse en medio del fuego cruzado. Sin embargo, es posible que las circunstancias históricas obliguen a las organizaciones empresariales en algún momento crucial a tomar decisiones trascendentales. Deberán entonces actuar con la coherencia, valor y lucidez que se requieren en situaciones muy extremas como las que podríamos llegar a vivir.