Opinión

EDITORIAL

Los 65 años de EL DEBER

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11 de febrero de 2018, 23:22 PM
11 de febrero de 2018, 23:22 PM

Con el fundador y director de su segunda época físicamente ausente, EL DEBER celebra hoy los 65 años del lanzamiento de su primer ejemplar. El cuerpo de Pedro Rivero Mercado no está presente en nuestra Redacción desde hace 20 meses, pero su espíritu se siente vivo todos los días y a cada hora en la casa del Diario Mayor. Su legado se mantiene intacto, férreo, firme y de pie, como siempre lo estuvo.

Los ventarrones que no faltan en estos tiempos difíciles no derriban el árbol de profundas raíces. 

Los valores editoriales heredados del director no sucumben ante las tempestades que arrecian a cada momento. La familia formada por el fundador sigue al frente del periódico líder y fuerte que dejó como herencia a su tierra, Santa Cruz, y a su país, Bolivia. Los principios de Pedro Rivero Mercado tienen cimientos poderosos y sostienen una obra que avanza y se renueva, en tiempos de incesantes cambios y de numerosos desafíos. Cambia Santa Cruz; cambia Bolivia; se multiplican las plataformas del periodismo por la revolución tecnológica.

Este contexto de apasionantes cambios encuentra a EL DEBER con la vocación emprendedora que ha mostrado a lo largo de sus 65 años.

El Diario Mayor encara los nuevos retos de su entorno con la mística y el optimismo que sembró el director fundador, siempre con el foco puesto en el servicio a su comunidad y a su patria grande. 

Cambian muchas cosas, pero no cambia la esencia de EL DEBER, que es el ejercicio de un periodismo que da cabida a todas las voces de nuestra complicada y amenazada democracia. Pluralismo a prueba de violentos y peligrosos temporales. Defensa inclaudicable de los intereses de Santa Cruz y de Bolivia. Ideas proactivas y propuestas constantes para el progreso de su gente. Coraje para desnudar las injusticias y valentía para denunciar los abusos. Así ha sido siempre la dichosa vida de este periódico de edad adulta y de alma eternamente joven. 

Vivimos tiempos de nuevos medios y de audiencias diversas e interactivas. Han cambiado también las formas de intercambiar información. EL DEBER ha recibido al nuevo ecosistema de comunicación en una posición privilegiada, pero altamente exigente. La nueva realidad de lectores hiperconectados ha alentado la diversificación de los formatos de un medio que nació como diario y que ahora ya produce contenidos digitales, audiovisuales y radiales.

Nunca antes EL DEBER tuvo tantos seguidores como ahora por su incursión en las diversas plataformas. Esto exige un enorme compromiso con el periodismo de alta calidad. Solo así será posible conservar tanta confianza y fidelidad de nuestra gente.