Opinión

Liderazgos mundiales menos democráticos

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21 de marzo de 2018, 4:00 AM
21 de marzo de 2018, 4:00 AM

El mundo observa azorado cómo la democracia retrocede irremediablemente frente a liderazgos autoritarios, racistas o supuestamente democráticos. La emergencia de Donald Trump, en Estados Unidos; la prevalencia de Vladimir Putin, en Rusia, por casi dos décadas; y, la eternización de Xi Jinping, en China, el país más poblado del mundo, forman parte de este fenómeno preocupante para las libertades, el respeto al voto popular y los derechos humanos a escala planetaria.

No son los únicos, por supuesto. Recep Tayyip Erdogan, en Turquía; el castrismo en Cuba; la inminente reelección de Nicolás Maduro, en Venezuela, sin chance para la oposición; y la habilitación de Evo Morales para las elecciones de 2019 desconociendo el referéndum del 21 de febrero de 2016, también señalan estos retrocesos en materia democrática.

Putin acaba de obtener su reelección para un cuarto mandato presidencial tras unas elecciones marcadas, según la oposición, por la falta de transparencia y luego de que la justicia borró del mapa a Alexéi Navalni, el único candidato con chances de hacerle frente al hombre fuerte del Kremlin.

El Gobierno ruso ha sido acusado por Amnistía Internacional y otros organismos por gravísimas violaciones a los DDHH y por la persecución sistemática de líderes opositores y periodistas críticos del régimen ruso.

Donald Trump, por su parte, marca una alarmante tendencia hacia el proteccionismo, la discriminación y el racismo en la principal potencia económica y militar del mundo. Su respaldo tácito al Ku Klux Klan por los ataques en Charlottesville, señalaron dicha tendencia.

Además, su afrenta contra otros poderes del Estado, como la Fiscalía General, que indaga los vínculos de la campaña de Trump con la inteligencia rusa, señalan un claro retroceso institucional.

En China, Xi Jinping ha mostrado a las claras que no pretende ni un atisbo de apertura política y que sí profundizará su transformación hacia el capitalismo, con altos índices de explotación laboral y decenas de disidentes políticos perseguidos o exiliados, tal como señala un informe de
Amnistía Internacional. China va rumbo a convertirse en superpotencia a pasos agigantados, pero su sistema político sigue siendo autoritario y centralizado. 

En la región la democracia también está en problemas. Especialmente por liderazgos políticos que buscan prorrogarse en el poder: Nicolás Maduro y Evo Morales son los casos más paradigmáticos. Sin democracia, Cuba sigue bajo el yugo del castrismo, pese a la próxima salida de Raúl Castro del poder.

En diversos puntos del planeta, la democracia está retrocediendo a favor de líderes y regímenes autoritarios o seudodemocráticos. Ojalá dicho régimen político no se transforme en una especie en peligro de extinción.

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