Opinión

La voz del cardenal Toribio

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7 de junio de 2018, 4:00 AM
7 de junio de 2018, 4:00 AM

Pasaron casi tres años desde que falleció el cardenal Julio Terrazas Sandóval para que el papa Francisco decida el nombramiento del cardenal Toribio Ticona, otro boliviano de cuna humilde, que tras la investidura que se realizará el 29 de junio, se convertirá en el principal representante del Vaticano en Bolivia.

Desde ese momento, que fue sorpresivo para todos, incluido el nuevo representante, el cardenal no ha mezquinado entrevistas, en las cuales se ha declarado reiteradamente amigo del presidente Evo Morales y ha fijado posición sobre temas controvertidos, como el nuevo Palacio de Gobierno, el referéndum del 21 de febrero, entre otros.

La Conferencia Episcopal de Bolivia marcó su posición respecto al resultado del 21-F, tanto en octubre del año pasado como en febrero de este. Mediante comunicados públicos, los líderes de la religión católica pidieron respeto a los resultados del referéndum del 21 de febrero en que la mayoría optó por rechazar la reelección presidencial; asimismo, respaldó las movilizaciones callejeras que tenían esa bandera de lucha.

El cardenal Toribio Ticona dice que no recuerda dónde estaba el 21 de febrero, que solo se enteró por la radio de los resultados y que no podría hablar del tema “porque no está muy convencido y no quisiera meter la pata”. También dijo que en Bolivia “unos no van a querer el Gobierno y otros van a seguir molestando hasta sacarlo (al presidente). Es difícil y como Evo es mi amigo, me reservo mi opinión”.

Lo anterior pone en evidencia la diferencia entre el cardenal Julio Terrazas, hombre de verbo valiente, que no calló su mirada crítica frente al poder, sea cual fuere, y el cardenal Toribio Ticona, que opta por desentenderse de un tema que es crucial para los bolivianos y que no se aparta de la agenda pública desde noviembre del año pasado.

Ticona ha remarcado su amistad con el presidente y ha optado por ser cauto en declaraciones sobre temas candentes. Cuando el papa, que hasta ahora ha tenido una buena relación con Evo Morales, nombró al nuevo cardenal, flotó en el país una doble alegría, primero porque se trata de un hombre de cuna humilde, que representa a los más pobres; y segundo porque Bolivia volverá a tener un jerarca tan allegado al sumo pontífice. 

Quizás por esa razón es imprescindible que el nuevo jerarca del catolicismo asuma que representa a toda una comunidad religiosa, lo que demanda que tenga posiciones claras, que sean orientadoras y amparen a las mayorías y a los más débiles frente a los poderosos.

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