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20 de febrero de 2018, 4:00 AM
20 de febrero de 2018, 4:00 AM

“Estamos amenazados por una peste de mal de rabia” escribió Gabriel García Márquez en su libro del amor y otros demonios.

En lo que va del año, tres personas han fallecido en nuestra ciudad a causa de este mal de rabia. Esta es una enfermedad que acaba siendo mortal en los humanos; el virus es trasmitido por algunos animales principalmente los perros. Se propaga por la saliva a través de mordeduras o arañazos y su periodo de incubación es de una semana a tres meses después de ocurrida la afectación.

“No volvió a saberse nada de los mordidos hasta principios de enero cuando una india andariaga conocida con el nombre de Sagunta tocó a la puerta del marqués a la hora sagrada de la siesta. Estamos amenazados por una peste de mal de rabia dijo Sagunta y yo soy la única que tengo las llaves de San Huberto, patrono de los cazadores y sanador de los arrabiados”. No veo el porqué de una peste, dijo el marqués. No hay anuncios de cometas ni eclipses, que yo sepa, ni tenemos culpas tan grandes como para que Dios se ocupe de nosotros. Saguanta le informó que en marzo habría un eclipse total de sol, y le dio noticias completas de los mordidos el primer domingo de diciembre. Dos habían desaparecido sin duda escamoteados por los suyos por tratar de hechizarlos, y un tercero había muerto de mal de rabia la segunda semana. Había un cuarto que no fue mordido sino apenas salpicado por la baba del mismo perro, y estaba agonizando en el hospital del Amor de Dios. El alguacil mayor había hecho envenenar a un centenar de perros sin dueños en lo que iba del mes, en una semana no quedaría uno vivo en la calle.”

El premio nobel colombiano, detalla con una gran magnificencia la situación ficticia que vivió la comunidad cuando la peste de la rabia se hizo presente. Ahora en pleno siglo XXI, en esta época con todos los adelantos científicos y  tecnológicos no puede ser posible que haya seres humanos que mueran de mal de rabia.

Es importante tomar conciencia que la rabia es mortal y por ende es necesario tener un control estricto de los perros callejeros, que los dueños vacunen y controlen a sus mascotas y ante cualquier foco de contagio se ponga en cuarentena a los animales afectados y si es necesario eliminarlos. ¿Qué vida vale más?

“Un perro cenizo con un lucero en la frente irrumpió en los vericuetos del mercado el primer domingo de diciembre, revolcó mesas de fritanga, desbarató tenderetes de indios y toldos de lotería, y de paso mordió a cuatro personas que se le atravesaron en el camino” Cualquier parecido a la realidad es pura ficción.

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