Opinión

La prueba del 13

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17 de septiembre de 2018, 4:00 AM
17 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Los bolivianos están siendo obligados a concurrir de prisa a elecciones primarias para designar candidaturas para las elecciones del próximo año, bajo una norma vista como estrategia del gobierno para prolongar su permanencia en el poder, en el que ha cumplido 12 años y se acerca a los 13. Para los que creen en números y fechas cabalísticas en torno al número 13, vale la pena tomar en cuenta algunos datos.

A la evocación magna de que 13 fueron los que asistieron a la Última Cena, hay que agregar que en la edad media (Wikipedia), se pensaba que 13 personas formaban los grupos de brujas que aterraban aldeas y que 13 eran las escaleras que llevaban hasta el patíbulo.

Muchos creen que el número 12 es perfecto. El año contiene 12 meses, jornadas de 12 horas dividen al día y la noche. En compensación, el siguiente número sería de malos augurios en toda su extensión. En esta aversión hacia el 13 militan hasta los pilotos de automóviles. En las carrreras de Fórmula 1 ese número fue usado muy raras veces por el temor de los corredores que padecen de triscaidecafobia, o trececafobia, el miedo irracional al número trece. No solo los pilotos. Muchos edificios evitan el número y pasan del 12 al 14 o colocan una ¨b¨ para disimular el salto: 12A, para continuar con 14. Con los ascensores ocurre lo mismo: del 12 se pasa al 14A o simplemente al 14. La primera bandera de Estados Unidos tenía 13 franjas que representaban a los 13 estados con los que se fundaba la unión. Los ejemplos son numerosos.

En política es más complicado, pues en este caso implicaría comprometer todo un año. Eso no significa, sin embargo, temer a una fecha que, bajo otros lentes, es prolífica de buenas noticias. En la liturgia católica, el 13 de mayo se conmemora la aparición de la Virgen de Fátima a los niños pastores de Cova da Iria, en Portugal. La aparición fue seguida por otras cinco, una cada día 13 siguiente.

En todo caso, dice mucho el número de años en el mando del país al que ingresará el presidente Evo Morales, un récord rara vez alcanzado en el mundo. Bajo una oposición empeñada en unirse a regañadientes para cerrarle el paso, el número 13 debe también llamar la atención de quienes no causa rubor la derrota del 21 de febrero de 2016. Ese día la mayoría del país dijo No al intento de modificar la CPE para pintar de legalidad el propósito prorroguista. A estas alturas, pese al rechazo a la decisión controvertida del TC, nada anuncia que el presidente Morales y su cúpula vayan a retroceder, salvo intercesión del temor reverente hacia aquel número cabalístico. El empeño de cruzar el 13 puede resultar en un fiasco que engorde las supersticiones hacia este número. Pronto podría saberse si ha sido acertado desestimar la sabiduría popular, así esta sea supersticiosa.

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