El Deber logo
25 de septiembre de 2018, 4:00 AM
25 de septiembre de 2018, 4:00 AM

El lamentable suceso ocurrido días atrás en una clínica de esta ciudad, además de los propios inconvenientes del hecho en particular, han puesto al descubierto un problema que no es desconocido, pero sí es, por decir lo menos, postergado dentro de las políticas de Estado que un país medianamente serio debiera tener.

Nos hemos enterado de que muchos profesionales médicos prestan sus servicios sin recibir ninguna retribución por los mismos y que, además, lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo, siendo que los trabajos ad honorem, por definición, deben ser extraordinarios y de corta duración, mostrando de esta manera que hay muchas cerezas que faltan colocar en la torta del sistema de salud, que se mantiene colado con moco de pavo, sin que existan visos de poder solucionarse de manera completa y estructural.

No es novedad referir que en Bolivia no existe, ni antes y menos ahora, políticas de salud, que por su importancia junto a la educación, relaciones internacionales, justicia y seguridad, deben ser políticas de Estado que superen los matices de los gobiernos, porque deben afrontar la estructura misma de los cimientos que conforman un país.

La asignación de ítems es un reclamo permanente y que lo vemos a diario de las diferentes instituciones médicas, ya sean dependientes del Gobierno central, del departamental o municipal. Ninguna autoridad asume la responsabilidad de establecer políticas sobre salud que vayan respondiendo estructuralmente los problemas de salud que crecen, además, a diario por las exigencias de la población, que tiene necesidades sin que se les cubra y atienda bien.

Los graves problemas de lo que ocurre en materia de salud muestran la incapacidad e ineficiencia de las autoridades en sus tres niveles, que únicamente se preocupan de lo que les pueda dar réditos políticos (construcción de obras con o sin sentido) postergando, como siempre, la salud y la educación de la población.

Van a pasar todavía muchos años más hasta que tengamos autoridades con criterio de patria, que les preocupe elaborar verdaderas políticas de Estado en materia de salud, educación, justicia, seguridad y relaciones internacionales. Lo importante para los políticos es únicamente lo actual, lo coyuntural, lo que les pueda rendir en el momento. Los políticos, y consiguientemente en sus funciones como autoridades, se preocupan únicamente de reaccionar ante problemas concretos y del momento, y mejor si tiene connotaciones mediáticas, pero, como fuego de chala, pasado el sofocón, regresan a sus cómodas y burgueses conductas para mantenerse lo más posible detentando las fuentes del poder, y el pueblo (como siempre) que se joda.

Tags