Opinión

Inteligencia artificial, asombro y temor

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11 de agosto de 2018, 4:00 AM
11 de agosto de 2018, 4:00 AM

Las noticias sobre el avance de la Inteligencia Artificial (IA) asombran y atemorizan. Solo hay que revisar periódicos e internet para verificar el creciente impacto de sus aplicaciones y la cascada de reacciones que genera cada adelanto.

El proyecto OpenAI Five, basado en la IA, venció por primera vez a jugadores expertos del videojuego Dota 2. En Reino Unido, una compañía logró que la AI aprendiera a manejar un automóvil en 20 minutos. En tanto que la Universidad Politécnica de Valencia revelaba un sistema de AI capaz de estimar el ‘nivel de curiosidad’ de los turistas y proponer ‘recomendaciones personalizadas’ de nuevos destinos.

Sin embargo, no todos son elogios en el imparable desarrollo de la IA. Incluso el genial profesor Stephen Hawking dijo que su perfeccionamiento podría significar “el fin de la raza humana”. En el mismo sentido, millones de personas creen que los robots les quitarán sus empleos, lo que supuestamente les condenaría a vivir peor. Las nuevas tecnologías, como ya se sabe, no son ni buenas ni malas. Entender el mundo en el que nos movemos y garantizar unas normas éticas básicas son tareas fundamentales para conjurar cualquier desviación que atente contra el ser humano. Pero no caben dilaciones para un futuro que ya está aquí.

Frente a la pérdida de empleos, no hay espacio para el pánico, sino para la anticipación. Hay cientos de nuevos perfiles y profesiones, surgidos al calor del avance tecnológico, que esperan por su incorporación a los planes universitarios. ¿Vamos bien en ese camino?

Automatización e inteligencia artificial son dos retos, pero también dos oportunidades. Ante la probabilidad de que nuestra jornada laboral se reduzca a la mitad debemos enfocarnos en reconducir los drásticos cambios que vienen. Educación, seguridad social, ocio y turismo, y muchos más sectores, tendrán que adaptarse a nuevas formas de organización si pretendemos que la impronta tecnológica genere progreso y no caos.

Jack Welch, el empresario que reinventó la compañía General Electric, sentenció una gran verdad sobre el impacto tecnológico: “Cambia antes de que tengas que hacerlo”. ¿Cómo vamos en ello?

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