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9 de junio de 2019, 4:00 AM
9 de junio de 2019, 4:00 AM

Somos parte de un planeta, un país, una región, un pueblo, un vecindario, una familia, un tejido natural y humano, articulado en sistemas como los gobiernos, la justicia, la educación, la salud, la economía y el transporte para el buen vivir; sin embargo, no pocos se encuentran en el olvido, excluidos y vulnerables, víctimas de la pobreza, la inequidad, la falta de oportunidades, sumidos en adicciones y discriminados; también nuestros sistemas medioambientales están seriamente afectados por la pérdida de la biodiversidad y el calentamiento global.

Nuestros sistemas han creado problemas cada vez más complejos, que requieren de la creación deliberada de puentes con el mundo de soluciones. Ello solo es posible mediante la innovación social, entendida como un proceso transformador de los conflictos complejos en sus orígenes, de tal manera que reduzca la vulnerabilidad de las personas, incrementando la capacidad resiliente en todas las escalas: individual, organizacional o de las redes de trabajo, incluso produciendo cambios legislativos, políticos y económicos.

Afortunadamente, el enfoque de innovación social ha tomado fuerza en el mundo del desarrollo y ya no puede considerarse una tarea única de las organizaciones sin fines de lucro, puesto que cada vez más se incorporan los gobiernos a través de políticas públicas que fomenten la equidad e inclusión social, involucrando a las universidades y centros de investigación que generan nuevos conocimientos y tecnologías, así como a los mercados, empresas y nuevos emprendimientos, que movilizan sus recursos para generar y escalar innovaciones catalizadoras del cambio social que sean sostenibles en el tiempo, puesto que son generadas de manera participativa, como resultado de la articulación entre diferentes sectores y actores comprometidos con el cambio social, ambiental y económico.

En Bolivia, aún son escasas las iniciativas orientadas a la innovación social; sin embargo está dejando de ser una preocupación solo de las instituciones sin fines de lucro, con iniciativas como el Fondo Concursable Municipal de Promoción al Desarrollo, Salvaguarda y Difusión de las Culturas y las Artes impulsado por el Gobierno Municipal de La Paz, con Bs 1,5 millones y seis líneas de financiamiento: fomento a las artes y nuevas tecnologías; fortalecimiento de espacios culturales y del patrimonio cultural; desarrollo de la cultura viva comunitaria; fomento a la investigación y formación; desarrollo de redes, movilidad y circulación cultural y fomento audiovisual con locación en el municipio.

A lo anterior se sumó el fondo concursable del Programa de Intervenciones Urbanas, impulsado por el Ministerio de Planificación del Desarrollo, con un financiamiento de Bs 140 millones en las áreas de cine y audiovisual, industrias culturales, patrimonio cultural, artes escénicas, artes visuales, diseño, software de contenidos, artes literarias y deporte, además del área de innovación social y tecnológica. El fin es “descubrir, fomentar y fortalecer a los actores que tienen una idea, proyecto de implementación o emprendimiento transversal y sostenible”, en las áreas de innovación tecnológica y digital, innovación emprendedora, soluciones urbanas, socioambientales y de urbanismo cultural.

Son importantes iniciativas, puesto que no son meras ideas creativas o de actividades aisladas, sino de esfuerzos conjuntos y articulados entre los gobiernos y los actores de la sociedad civil. Es deseable que se sume el sector empresarial; si bien Cainco ha dado un paso significativo con la creación de Innova Santa Cruz queda pendiente el aporte financiero bajo la lógica de la responsabilidad social empresarial. Es tiempo de que la universidad pública, los gobiernos municipal y departamental de Santa Cruz, entiendan que la innovación, agrega valor y se constituye en el principal factor de impacto social, de mitigación del cambio climático, de sostenibilidad económica, de colaboración intersectorial y articulación con las instituciones de la sociedad civil para alcanzar un desarrollo más inclusivo.

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