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Hacia una economía con innovación

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5 de agosto de 2019, 3:00 AM
5 de agosto de 2019, 3:00 AM

Hace algunas semanas realicé una investigación sobre propuestas económicas para el país. A continuación, los temas que abarcaba el estudio y las ideas innovadoras que surgieron:

La economía del eje central que representa más del 70% del PIB. La Paz debería disminuir su dependencia con respecto a la minería y la administración pública e incentivar exportaciones “no tradicionales”: quinua, papa y camélidos (llamas y alpacas). Con respecto a Cochabamba, mejorar la producción agrícola y aprovechar los servicios de logística por su posición geográfica en el centro del país y del continente. A no olvidarse del potencial de la industria del software cochabambina, la que más ha avanzado en el país. Para la economía de Santa Cruz, retomar el impulso a las exportaciones “no tradicionales” con valor agregado, fuera de la soya: azúcar, etanol, madera, carne y los servicios de logística con el corredor bioceánico. Como proyectos prioritarios para Santa Cruz: Puerto Busch (y los otros puertos de la hidrovía) y eventos biotecnológicos probados y vigentes en otros países.

Sobre la “bendición” de los recursos naturales, aumentar la producción de gas ofreciendo incentivos a la exploración en vez de cambiar la Ley o buscar otros mercados. ¿Cómo superar el rezago competitivo de la minería boliviana? a través de seguridad jurídica por sobre incentivos a la inversión extranjera. Siguiendo con la minería, el ingenio Huanuni debería darse en concesión privada en vez de cerrarlo o que el Estado siga invirtiendo. En relación al joint venture con una empresa alemana para la explotación del litio en Uyuni, se desconocen las condiciones del proyecto.

Acerca de la política energética, debemos pasar a la producción de energía renovable y de bajas emisiones. Energía eólica, geotérmica, hidráulica para dejar de depender de los combustibles fósiles. Sobre los subsidios, el del diésel no se lo debería quitar ya que es un insumo de producción que nos permite competir con países que subsidian su producción.

En relación a las políticas macro, son necesarias reformas estructurales para aumentar la inversión privada en sectores no extractivos: infraestructura a través de Alianzas Público Privadas (APP); equilibrar el presupuesto público: coadyuvaría a evitar la caída en las Reservas Internacionales Netas (RIN); y superar las falencias en empresas estatales e incentivar iniciativas del sector privado.

Para incrementar la oferta productiva, es muy importante la política cambiaria. En política comercial, priorizar mercados de Asia Pacífico, EE.UU. y Mercosur. Buscar un acercamiento comercial con Chile para luego abordar la cuestión marítima desde otra posición.

Para el sistema financiero, cuidar la mora y la liquidez del sistema financiero, incentivando los depósitos de los ahorristas y quitando las “cuotas” mínimas de oferta de créditos de vivienda “social” y “productivo”. Dado que el crédito productivo por sí solo no está dando los resultados esperados, se sugiere complementarlo con acceso a tecnología. Es decir, reducir la intervención del Estado en el sistema financiero, continuando con una prudente regulación.

Se debe continuar con los programas sociales de transferencia directa a grupos específicos y de servicios sociales segmentados con base en la relación laboral. Para esto es necesario aumentar la “formalidad” y el empleo de calidad. El ahorro previsional y los seguros de salud deberían ser administrados por privados.

Para incrementar la productividad laboral debemos disminuir los costos laborales e invertir en capital humano (educación, ciencia y tecnología). Una flexibilización laboral (del salario mínimo, jornada por horas, doble aguinaldo), haría aumentar la calidad y la cantidad del empleo.

Respecto a la salud, es necesario atender el déficit de recursos humanos y mejorar la infraestructura y el equipamiento del sistema público, en coordinación con los médicos. Por el lado de la educación, empecemos a utilizar los rankings y las mediciones con estándares internacionales para planificar políticas educativas y mejorar la calidad de lo que enseñan los profesores.

Por último, y de ninguna manera menos importante, para evitar el retorno a la pobreza de segmentos de población, deberíamos priorizar la eficiencia del gasto social. Con estas y otras ideas innovadoras, podemos llegar a vivir en el país que nos merecemos

 

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