Opinión

‘Glocal’

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28 de noviembre de 2017, 12:47 PM
28 de noviembre de 2017, 12:47 PM

El término ‘glocal’ lo leí  por primera vez en Estados Unidos -hace exactamente 15 años- en una camiseta en una tienda de esas masivas y baratas, decía:  "Think global, live local" (Pensar global, vivir local). Era una frase revolucionaria de la mirada gringa sensible, pensé en ese momento. 

“Pensar global, vivir local” es sin lugar a dudas más que una frase revolucionaria, es la forma más inteligente de con/vivir.

Debo confesar que como activista y migrante la frase me llegó hondo. Además, la experta vendedora me explicó que era una línea nueva de ropa de jóvenes emprendedores que en sus prendas promueven la consciencia. Fue un hecho, salí con mi camiseta de $us 9,99
Recientemente, las redes sociales me recordaron la palabra ‘glocal’ de manera inmediata, al recibir más de una decena de invitaciones virtuales de ferias navideñas de artistas, diseñadores, productores locales que en centros culturales, espacios de arte y hoteles boutiques presentan sus propuestas, versus una avalancha de ads sense (publicidad pagada en internet) del black friday de tiendas de ‘marca’ que nos invitan a visitar malls.

Si bien las épocas navideñas activan automáticamente el inconsciente consumista que llevamos dentro, debemos tratar de dominarlo. Mi opción para estas fiestas es pensar ‘glocal’, y visitar todas las ferias navideñas posibles, porque en un ecosistema tan adverso para los emprendedores como es el nuestro, seguir intentándolo es un acto heroico. Mínimamente debemos darles la chance de competir, pensando en que es poco probable que un artista o un productor local tenga una tienda en un mall, porque es económicamente casi imposible. Esta realidad impide una competencia justa.

En este sentido, este fin de semana visité tres ferias navideñas, y descubrí nuevas opciones. La experiencia vale la pena porque generalmente quien realizó el producto es quien diseñó el empaque, quien te lo expone y te lo vende, entonces tenés detalles de primera mano, con abrazo incluido por la compra.
Entre tés de la felicidad, semillas sorpresas, cuadros, música, gente linda, llega diciembre, y quedan muchos artistas, diseñadores y productores locales por conocer. Hagamos que el dinero fluya entre los emprendedores y artistas locales, nos hace bien a todos.

Tengo que contarles que estoy feliz con mi autorregalo navideño: un almohadón de Frida Kahlo, que además de adornar mi sala ayuda a Iris Victoria, una niña, a vencer el cáncer.

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