Opinión

Fronteras, 'tierra de nadie'

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24 de junio de 2018, 4:00 AM
24 de junio de 2018, 4:00 AM

El avance del crimen organizado y de otras bandas delincuenciales sobre territorio nacional parece ser un hecho irrefutable, estimulado por la permeabilidad de sus extensas y poco resguardadas fronteras convertidas en 'tierra de nadie' por falta de control y de una mayor presencia del Estado. "En Bolivia hay terreno fértil para el desplazamiento del crimen organizado hacia donde está el negocio (narcotráfico)", advirtieron hace más de un lustro expertos mexicanos en un taller para periodistas sobre prensa y crimen realizado en esta ciudad. 

Ya no es posible seguir minimizando, como suelen hacerlo funcionarios del Gobierno, el riesgo que para el país conlleva la presencia y el accionar de temibles grupos delincuenciales con ramificaciones internacionales como los cárteles de San Pablo y Río de Janeiro que van dejando su estela de violencia y sangre en poblaciones bolivianas fronterizas con Brasil. Para mayor inquietud, el ministro de Defensa admitió el estado de indefensión de las Fuerzas Armadas bolivianas frente a los ataques de organizaciones criminales que la Policía, con su precariedad de recursos, debe repeler. 

En los últimos sucesos, a sicarios del Comando Vermelho fue atribuido el asalto en Porvenir, Pando, a un cuartel de la Fuerza Naval donde redujeron a sus custodios antes de fugar llevándose armas y municiones. Por su parte, el PCC paulista es, presumiblemente, responsable de la muerte de un ciudadano brasileño secuestrado en San Ignacio de Velasco y luego asesinado por sus captores, pese a que habían cobrado su rescate. La misma organización criminal asaltó en marzo de 2017 un transporte de caudales sobre la carretera bioceánica, cerca de Roboré, llevándose un botín de más de un millón de dólares. Uno de sus cabecillas, 'padrino' del PCC, fue capturado días después por la Policía boliviana.

Entre muchas otras, las acciones descritas se han visto facilitadas por la falta de control y vigilancia de la extensa línea fronteriza con Brasil y los graves problemas que guardan estrecha relación con el narcotráfico, la trata de personas y el contrabando. Algo parecido sucede en las fronteras con Chile, Perú y Argentina. En este último caso, un fiscal llegó a proponer la construcción de un muro entre su país y Bolivia "ante su frustración por la escasa colaboración de las autoridades bolivianas para frenar el narcotráfico". Estas afirmaciones afectan la imagen del país, que debe replantear y reforzar seriamente la custodia y seguridad de sus fronteras.
Es necesario, además, implementar políticas conjuntas y estimular la efectividad de los compromisos suscritos con nuestros vecinos para impulsar acciones que permitan combatir con mayor eficacia, por aire y tierra, los cada vez más preocupantes problemas fronterizos y los riesgos que conllevan.

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