Opinión

En el Día de la Democracia

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10 de octubre de 2018, 4:00 AM
10 de octubre de 2018, 4:00 AM

Un día como este, hace 36 años, Bolivia volvía a la democracia después de décadas en las que las dictaduras militares impidieron el pleno ejercicio de las libertades civiles y del Estado de derecho. Las botas se alejaban del poder y el ciudadano volvía a sentir que su voto tenía valor. El transitar de Bolivia durante este tiempo no ha sido fácil, pero la memoria de los días negros y aterradores de los gobiernos de facto permitieron que el país pueda salvar su sistema democrático cuantas veces había sido amenazado.

Este 10 de octubre encuentra a los bolivianos con un sistema democrático lastimado. No otra cosa se refleja en diversas situaciones. Por ejemplo, se pretendió impedir el ejercicio del derecho a la protesta en la plaza principal de Santa Cruz el 24 de septiembre, como se lo hace desde hace mucho en la plaza Murillo de La Paz. El Poder Judicial está contaminado y son muchas las denuncias que lo señalan como un brazo de persecución y castigo a los circunstanciales adversarios del actual Gobierno. Hay bolivianos autoexiliados y otros que están presos denunciando persecución política.

Pero la herida más lacerante para nuestra democracia es que se pretenda ignorar el voto del pueblo, emitido libre y soberanamente en un referéndum en el que se rechazó la posibilidad de que Evo Morales y Álvaro García Linera vuelvan a ser candidatos a los mismos cargos, en las elecciones de 2019. Las maniobras del oficialismo para torcer esta decisión han sido repelidas por protestas ciudadanas, que –al margen de los partidos políticos- comenzaron a gritar “Bolivia dijo No” en actos a los que el presidente y el vicepresidente asisten.

El año pasado, la Unidad de Investigación de The Economist calificó como híbrida la democracia en Bolivia; es decir que la ubica entre un sistema defectuoso y un sistema dictatorial, con base en parámetros como proceso electoral y pluralismo, libertades civiles; el funcionamiento del gobierno; participación política y la cultura política.

A su vez, el Índice de Estado de Derecho 2017-2018, que se elabora sobre la base de más de 110.000 encuestas a hogares y 3.000 consultas a expertos y que mide más de ocho indicadores, ubica la democracia en Bolivia entre los últimos lugares del continente.

Por todo lo anterior, en esta jornada de reivindicación del sistema democrático, que tanto dolor y luto le ha costado al país, no se puede sino remarcar que la independencia de poderes, el respeto a la Constitución y al voto, el respeto a las plenas libertades de expresión y de prensa deben ser el estandarte de todos los bolivianos.

Los gobernantes deben recordar que juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución, lo cual es sencillo si su norte es el bienestar del país. El afán de poder no debe vulnerar el respeto a la voluntad del soberano, el pueblo de Bolivia.

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