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Embajador incómodo

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30 de julio de 2018, 4:00 AM
30 de julio de 2018, 4:00 AM

Normando Álvarez, el embajador argentino, está a punto de colmar la paciencia del Gobierno de Evo Morales con las impertinentes informaciones que ofrece sobre el gas natural que Bolivia no envía a su país.

Sabe el embajador que esas informaciones son un secreto que el Gobierno boliviano decidió proteger bajo siete candados desde 2006, seguramente para evitar que los ciudadanos se estén preocupando con esos detalles que solamente tienen que ver con las principales exportaciones del país.

Acaba de decir el ministro de Hidrocarburos, el yacuibeño Luis Sánchez, que Argentina no quiso pagar un mejor precio por el gas y que por eso no se envía el volumen adicional solicitado, pero el impertinente embajador se atreve a desmentirle diciendo que nunca se habló de precios.

Acaba de decir el ministro de Hidrocarburos, el yacuibeño Luis Sánchez, que Argentina no quiso pagar un mejor precio por el gas y que por eso no se envía el volumen adicional solicitado, pero el impertinente embajador se atreve a desmentirle diciendo que nunca se habló de precios. Y no solamente eso: también dijo que en abril Argentina envió un pedido formal para que durante los meses de invierno Bolivia envíe un volumen adicional, pero que el Gobierno del MAS respondió proponiendo lo contrario: enviar un volumen menor al que fija el contrato.

Hay que añadir a esta lista de causales para una eventual expulsión, que el embajador Álvarez reveló, sin que nadie se lo hubiera pedido, que el año pasado Bolivia tuvo que pagar a Argentina algunas penalidades y multas por no haber cumplido con el contrato. Y luego se supo de otras fuentes que esa multa se pagó en gas, lo que dejó abierta la sospecha, para los departamentos productores, de que, por esos volúmenes, atribuidos a “penalidades”, no se paga ni el IDH ni regalías.

Además, otro día dijo el embajador que Argentina estaba acumulando datos para aplicar la cláusula del ‘deliver or pay’ (entregás o pagás el precio del gas no entregado, ¿viste?) por los primeros meses de este año. El ministro Sánchez había dicho que Bolivia no estaba enviando el gas solicitado por Argentina porque el precio de 6 dólares/millón BTU era muy bajo, sobre todo si lo comparas con los 10 dólares que paga ese país a Chile por el gas natural licuado y regasificado.

Dados los antecedentes que existen en materia diplomática aquí, en este Gobierno, estaríamos ante un caso de flagrante intromisión en temas internos, quizá con ocultos propósitos desestabilizadores de los enemigos del socialismo del siglo XXI. Si no se lo expulsara, el gobierno boliviano estaría admitiendo que todo lo que dice el embajador es verdad.

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