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10 de diciembre de 2017, 4:00 AM
10 de diciembre de 2017, 4:00 AM

La elección judicial del anterior domingo aplastó, por segunda vez, al autoritarismo desesperado por imponer exempleados del Órgano Judicial como sus jueces y magistrados. La votación nacional rechazó a los postulantes del MAS y a la insistente obsesión de la repostulación indefinida del presidente Evo Morales.

El voto nulo, alrededor del 70% junto al blanco, fue un rechazo contundente a una metodología partidista y parcializada de designación de las nuevas autoridades judiciales. Rechazó la insistente burla al voto nacional del 21-F contra la repostulación  oficialista. Esta elección plebiscitaria permitió constatar la ratificación opositora de la mayoría del electorado boliviano contra el sistema de preselección y selección de postulantes judiciales. Condenó también el soberbio desconocimiento de los referendos de 2009 y 2016, el voto del 21-F y del domingo pasado.
En cambio, los votantes del nulo y blanco proclamaron su firme búsqueda de nuevas visiones y procedimientos de una elección judicial meritocrática con personas de larga experiencia y honestidad.

El Gobierno, anonadado y vapuleado por el voto popular, niega hasta hoy su derrota estratégica. Sus argucias muestran confusión y desprecio por el voto popular, serias tensiones internas y pérdida de rumbo político y programático. Atribuye la derrota a la desinformación de los electores y a una supuesta confusión de las dos papeletas.

La comedia gubernamental difundió varias perlas. Por ejemplo, el vicepresidente abogó por la legitimidad de 158 votos, un voto más que los parlamentarios de anteriores gobiernos cuando la comparación debía ser de votos válidos con nulos y blancos. En el fondo, esas palabras significaron la apertura del paraguas de un fracaso anticipado. Legitimidad es confianza y, otra vez, jueces y magistrados sin la confianza nacional. 

Otros voceros justificaron, de mala fe, la mezcla de una elección judicial con un plebiscito del Gobierno. La mayoría nacional le dijo “no te queremos”, “no puedes ni debes volver a postularte”. Mercados y Muestras, semanas antes, constató un rechazo nacional del 85% a los intentos de repostulación y más antes, IPSOS detectó un rechazo alrededor del 70%. No faltó quien dijo: “No importan los nulos y blancos, no cuentan e igual tendremos magistrados”. ¿Magistrados marginales y con votos pírricos y minoritarios? 

Si son posesionadas las nuevas autoridades, el mundo verá magistrados designados con escasísima votación. Se repetirá la tragedia de 2011. No caen en cuenta que los jueces solo deben rendir cuentas a la ley, a la Constitución y a su conciencia. No pueden ni deben depender de ningún grupo político y electoral.

¿Qué hacer? Según varias organizaciones ciudadanas, proseguir con la protesta legal y la movilización en las calles. Proseguir con la denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos del manoseo de la Convención Americana de Derechos Humanos. Continuar con los paros y movilizaciones ciudadanas. Difundir la inexistencia e imposibilidad de procesos electorales transparentes e imparciales. Difundir la inhabilitación de la nueva repostulación  de Evo Morales y Álvaro García contra el artículo 168 de la Constitución vigente.

Quienes votamos nulo lo hicimos porque deseamos una justicia justa y un gobierno democrático. Ya surge una mayoría nacional por una verdadera justicia. El MAS se redujo a una minoría atornillada al poder. ¿Para qué y por qué?  ¿Qué pretenden ocultar?

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