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22 de junio de 2018, 4:00 AM
22 de junio de 2018, 4:00 AM

Está el jugador en un espacio cavernoso rodeado de un grupo de hombres, todos prisioneros desde que nacieron, todos ellos amarrados por unas cadenas que le sujetan el cuello y las piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia el fondo, no ven nada, ni la luz, solo oscuridad y tinieblas.

El mito de las cavernas, escrito por el famoso filósofo Platón, encarna perfectamente al mejor jugador del mundo, Messi, que ahora en su debut en el mundial no pudo demostrar lo que hace en su equipo, el Barcelona de España y para que la caverna se lo devore, falló un penal.

Otro que quedó en el interior de una cueva y no tiene nada que ver con su apellido, es el peruano Cristian Cueva que falló un penal y su selección perdió contra Dinamarca que tuvo en su arquero la figura del compromiso. Perú a pesar de perder dejó buena imagen.

Contrariamente a estos dos jugadores que finalizaron sus partidos criticados y condenados por sus fallos, Francia y Croacia vieron la salida, pudieron ganar sus respectivos encuentros.

El gran protagonista de esta fecha fue el VAR, esta nueva tecnología aplicada al fútbol que minimiza los errores. En este mundial el VAR ha sido protagonista con sus acertadas decisiones.

Y los hombres dentro de la cueva solo ven sombras, sombras proyectadas, sombras de sus gambetas y dribling, sombras de sus jugadas espectaculares, reflejos de sus goles convertidos, sombras de sus títulos ganados, de sus victorias, de sus éxitos. Solo sombras y reflejos
adentro de una caverna que no es necesariamente el estadio donde juegan sino el recuerdo de lo que jugaron.

En su debut, Messi y Argentina, no fueron ni la sombra del anterior Mundial en el cual disputaron la final. Ahora Argentina y Perú perdieron y el mito de las cavernas se hizo presente, esperemos que la luz del túnel aparezca en sus próximos encuentros caso contrario, como diría Platón, solo fueron el reflejo del pasado.

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