Opinión

El gas y el momento económico

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28 de mayo de 2018, 4:00 AM
28 de mayo de 2018, 4:00 AM

Con la recuperación del precio internacional del petróleo, el Gobierno estima que este año mejorará el desempeño de la economía, por lo que se deberá pagar el doble aguinaldo. En cambio, la dirigencia del gremio empresarial no solo es escéptica sobre los posibles mejores resultados económicos, sino que está muy preocupada por el alza de los costos laborales y por la reducción de las ventas. Incluso, los representantes de los privados han convocado esta semana en Santa Cruz a un congreso para analizar posibles reformas al modelo económico de la última década. Los dirigentes empresariales adelantaron que reconocen la estabilidad y el crecimiento, sobre todo por el boom del gas y de las materias primas, pero observan el demasiado intervencionismo estatal en la economía.

Entre el optimismo gubernamental y la desconfianza de los empresarios se encuentra la mayoría ciudadana que no sabe a cuál de las dos partes creer. Más confuso se hace el panorama por la politización de otras miradas a las cifras, en la antesala de las elecciones presidenciales de 2019.

¿A quién creer? Se supone que las cifras frías deben responder a las inquietudes ciudadanas. Sin embargo, hay diferencias entre el Gobierno y los privados que alcanzan incluso al tipo de método que se aplica para determinar el índice de crecimiento anual del PIB.

La percepción más objetiva es que ha mejorado levemente el panorama por el ligero repunte de las exportaciones de gas. Con el alza del precio internacional del petróleo, hasta 70 dólares el barril, han vuelto las esperanzas en el eje de la matriz productiva, que son los hidrocarburos. El problema es que ahora que el valor del crudo se puede estabilizar en los próximos meses hay dudas sobre la disponibilidad de reservas para cumplir con Argentina, Brasil o nuevos mercados. Es decir, mejoró el precio, pero podría no haber suficiente gas.

En este periodo de repunte lamentablemente no se tiene información precisa sobre las reservas, ya que la última certificación se hizo en 2013 (10,45 TCF). Versiones de políticos opositores han acentuado las dudas al indicar que solo hay 4 TCF, lo mismo que algunos estudios provenientes de Brasil alertaron del agotamiento de algunos campos. En contrapartida, hace unos días una petrolera aseguró que las reservas probadas alcanzan las 11 TCF.

En este escenario de confusión, corresponde no solo acelerar la certificación de las reservas, anunciada para las próximas semanas, sino apostar urgentemente a la captación de inversiones, reajustar la normativa sectorial para ser un país más atractivo, consolidar los contratos con Argentina y Brasil, además de abrir otros mercados. El gas será aún el eje de la matriz económica por unos años más, hasta que se estructure un aparato productivo más diversificado.

El momento económico tendría que mejorar respecto a los dos últimos años. Sin embargo, ocurrirá solo con incentivos y no con frenos a los inversionistas privados.

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