Opinión

El efecto multiplicador de la feria del libro

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1 de junio de 2019, 4:00 AM
1 de junio de 2019, 4:00 AM

En tiempos de redes, mensajes, WhatsApp, selfis y deconstrucciones, el libro abre sus alas para nuevos viajes, cielos, paisajes, reflexiones y experiencias. La vigésima versión de la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz tiene como invitada de honor a la Unión Europea, que a lo largo del evento desarrollará una entretenida agenda de actividades.

Desde el 28 de mayo y hasta el domingo 9 de junio, unas 10 editoriales y 40 librerías, de todo el país, muestran lo mejor de su repertorio. Este año, más de 200 actividades ponen brillo a la fiesta de los libros, donde un centenar de ejemplares se abrirán a la luz de nuevos ojos, nuevas vidas y nuevos caminos para desandar.

No será la primera vez que el Pabellón de Niños se floree a sus anchas con las múltiples actividades que a diario derrocha para los más pequeños.

Este año alista sorpresas y reivindica, una vez más, la apuesta por sembrar en tierra fértil. La lectura, un secreto entre el autor y el lector, se comparte en las horas más solas y sagradas, y entre los deseos más íntimos del pensamiento. Y la feria se transforma en una fiesta colectiva y a plena luz del día y de la noche.

Cuatro enormes pabellones arroparán a expositores complementados con salas adyacentes, donde se desarrollarán conferencias, seminarios, conversatorios, presentaciones y un sinnúmero de encuentros y nuevos vínculos.

Una treintena de autores de otras latitudes se suma a la constelación de 50 participantes nacionales. Entre las figuras relevantes, que iluminan esta versión, se destacan la intelectual mexicana Cristina Rivera Garza, la premiada argentina María Teresa Andruetto, el poeta español Rafael Soler y la escritora chilena Alejandra Costamagna.

Otro de los protagonistas de la muestra internacional será seguramente el gran público. Los organizadores se reservan la esperanza de recibir a más de 100.000 personas. El efecto multiplicador de este fenómeno cultural de pantalones largos recobra vida en la economía, el comercio, la generación de empleo, en la educación y el desarrollo integral de quienes fungen actividades directas e indirectas con este evento internacional.

La fiesta ya comenzó, queda la opción de ir y no solo una vez. La FIL Santa Cruz ya es nuestro lugar de encuentro, que nos convoca y nos comunica, y que también nos abriga y nos palmea en el hombro. Hoy Santa Cruz se lee y mientras más lo haga, al levantar la mirada, seguramente será una ciudad mejor.

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