Opinión

El controvertido tema de Jerusalén

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9 de diciembre de 2017, 4:00 AM
9 de diciembre de 2017, 4:00 AM

El presidente Donald Trump anunció que su Gobierno reconoce a la ciudad de Jerusalén como capital de Israel y pronto trasladará allí la sede diplomática de EEUU actualmente asentada en Tel Aviv. La decisión fue criticada en varios lugares del mundo por ser “perjudicial” para las perspectivas de paz entre israelíes y palestinos. 

Cuando Israel proclamó en 1980 a Jerusalén como su capital eterna, la comunidad internacional tomó nota, pero no hubo aprobación formal; las embajadas permanecieron en Tel Aviv. 

Rusia sí reconoció a Jerusalén como capital, pero solo a la parte occidental. El enredo es grande y la confusión mayor. Veamos cómo son las cosas.

La resolución de partición de Palestina de la ONU del año 1947 designó a Jerusalén como ciudad internacional, estatus que no se cumplió por estallar enseguida (1948) la primera guerra árabe-israelí. El flamante Israel triunfó y ocupó la mitad occidental de Jerusalén. Por su lado, Jordania tomó posesión de su otra mitad oriental. Dos décadas después, tras la victoria israelí en la guerra de los seis días, de 1967, sus fuerzas también anexaron Jerusalén Oriental. 

Las negociaciones de paz israelí-palestinas mediadas por Estados Unidos y otros países se han centrado en el destino final de Jerusalén del este y de otros territorios capturados por Israel 50 años atrás. 

Asimismo, las diversas propuestas para trasladar la embajada de Estados Unidos siempre fueron con referencia a Jerusalén Occidental, territorio ya retenido por Israel desde 1948 y que los palestinos no han vuelto a reclamarlo, aunque sí determinaron que Jerusalén oriental debería ser la capital del futuro estado palestino. 

La decisión norteamericana sobre Jerusalén formaba parte de las promesas electorales de Trump y además reconoce un hecho consumado. En la parte oriental de Jerusalén es donde se encuentran los lugares sagrados de tres religiones: el Muro de los Lamentos, el Santo Sepulcro y la roca desde donde Mahoma ascendió al cielo, según la fe islámica. Israel siempre garantizó el paso irrestricto de los fieles judíos, cristianos y musulmanes hacia la parte oriental. 

Hay confusión y demagogia en el conjunto del problema; y viene de ambas partes. Frente a la decisión de Washington –que parece irreversible– deberá procurarse viabilizar negociaciones con el fin de lograr acuerdos que solucionen uno de los problemas de más larga duración que enfrenta la sociedad mundial. Para ello, las tácticas terroristas de algunos grupos palestinos tienen que cesar, como también del lado israelí cabe el hacer realidad su promesa de devolver territorios.

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