Opinión

El agro como salvavidas

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11 de agosto de 2019, 19:45 PM
11 de agosto de 2019, 19:45 PM

Los piropos que ha lanzado el presidente Evo Morales a los industriales cruceños en su mensaje del 6 de agosto tuvieron, por supuesto, propósitos proselitistas, pero también pueden ser leídos como la admisión entre líneas de que el resto de la economía boliviana agoniza.

Hay que dar a los empresarios la oportunidad de que tengan utilidades, fue la frase más reveladora de este mensaje, que seguramente no encaja en los proyectos del vicepresidente, declarado comunista que no cree en la propiedad privada, sino para sepultarla.

Pero el cocalero vive un proceso de cambio, como lo ha advertido Jair Bolsonaro cuando le ordenó que no asistiese al Foro de Sao Paulo de Caracas, y no asistió. La pregunta que se hacen muchos bolivianos es si este proceso de cambio del cocalero será sincero o solo producto de sus urgencias electorales, para volver luego a lo de siempre.

No se puede decir que todos los empresarios privados cruceños piensen lo mismo. En lo que sí coinciden es en la necesidad de que se acabe la incertidumbre sobre la propiedad de la tierra que ha introducido este Gobierno con la FES.

El Gobierno no se da por aludido respecto de la “propiedad plena” de la tierra que había planteado Freddy Suárez, ex de la CAO. A cambio ha ofrecido autorizar la habilitación de mayores extensiones de tierras para la agricultura y la ganadería. El Gobierno dice que el país debe estar listo para exportar carne vacuna a China y otros países, además de exportar azúcar, soya y arroz.

Es decir que la idea del presidente Morales de que dentro de quince o veinte años Bolivia se haya convertido en una potencia mundial está basada en las posibilidades del agro.

Sobre los hidrocarburos seguramente sabe el presidente que es un capítulo cerrado. No sabrá leer bien las cifras en sus discursos, pero seguramente sabe y entiende que la era del gas se ha acabado, que Bolivia se ha convertido en un neto importador de hidrocarburos ahora que las compras de gasolina y diésel superan a las exportaciones de gas.

Es probable que cuando use lentes de lectura en la intimidad y mire las cifras de la realidad económica se ponga a llorar. La minería agoniza igual que el gas, la construcción está despidiendo gente. Lo único que queda es el agro. Dentro de la economía legal, claro está.

Esa es la Bolivia potencia que propone para dentro de 20 años, cuando él quizá no esté. Hay que cruzar los dedos.

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