Opinión

El Prosur enterró a Unasur y aísla más a Morales

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25 de marzo de 2019, 4:09 AM
25 de marzo de 2019, 4:09 AM

El presidente Evo Morales no ha debido pasar un muy buen fin de semana que digamos. El viernes 22, en Santiago de Chile, se hizo sentir con toda fuerza el cambio del escenario político en la región. Siete países resolvieron enterrar Unasur, la entidad creada a la imagen y semejanza del fallecido presidente Hugo Chávez y que se basó en sus posiciones hiperideologizadas, pero de escasa utilidad práctica.

Esos siete países, los más fuertes de la región, crearon el Prosur en reemplazo del ya inútil y agónico Unasur. Los dos impulsores de la idea son dos claros rivales de Morales: los presidentes de Chile, Sebastián Pinera, y de Colombia, Iván Duque. Ya no están en sus cargos ninguno de los viejos amigos del mandatario boliviano y que podrían haber intentado alargar la vida de Unasur: Lula da Silva y Dilma Rousseff, Cristina Fernández, Rafael Correa y otros están al margen de la política. Y a iniciativa de Piñera y Duque, Venezuela no está invitada a participar de la nueva entidad ya que su gobierno es considerado dictatorial, que lo es.

El cambio de inclinación política en el vecindario es perjudicial para Morales. Actualmente no mantiene relaciones cordiales casi con ningún país, debido a que él no cree en las relaciones entre estados, sino entre líderes políticos. En su mente, si en Argentina hay una Presidenta con la que tiene coincidencias políticas, entonces las relaciones serán buenas. Si no, no.

En otra mala noticia reciente, conocida el miércoles 20, que ha debido ser todavía más dolorosa para el líder cocalero, ha sido la confirmación de que cuatro países de la región confirmaron que postularán juntos a organizar el Mundial de Fútbol de 2030, el del centenario de ese torneo. Los presidentes de Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay, que se unieron en esa iniciativa, ni siquiera consideraron incluir al díscolo e imprevisible Morales, que hoy insulta a un líder de la región y mañana le dice “hermano”.

Muy doloroso, digo, porque Morales es el más futbolero de los presidentes sudamericanos y se desvive por poder organizar en el país, como él mismo lo ha señalado, algún torneo internacional de balompié. Y sus cuatro vecinos se confabulan, debe pensar él, para organizar el Mundial de 2030 sin considerarlo. Esto refleja que esos mandatarios no deben tener la mejor imagen de Morales.

Después de Nicolás Maduro, el apestado de la región, Morales es el segundo presidente más aislado de Sudamérica. Y así seguirá.

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