Opinión

EL DEBER y sus nervios bien templados

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23 de mayo de 2019, 4:00 AM
23 de mayo de 2019, 4:00 AM

Con más de medio siglo de tránsito sereno y firme porque en el devenir del tiempo sigue y continuará la huella indeleble de su conductor y maestro inolvidable Pedro Rivero Mercado, EL DEBER ha sido y es capaz de sortear los más duros desafíos, los más fuertes vendavales. Lo hizo desde sus modestos inicios hasta consolidarse, paso a paso, como medio de comunicación que, sobre los sólidos pilares de su independencia y credibilidad, edificó su liderazgo y referencialidad reconocidos ampliamente incluso más allá de las fronteras del país. “Con la voluntad de Dios y el esfuerzo de hombres de buena fe, EL DEBER, un diario para los pueblos que no pueden vivir sin luz”, es uno de los inspiradores mensajes que nos legó Don Pedro. Es así que en esta casa periodística y en su propuesta multimedia que registra un alcance masivo, se ratifica plenamente en los criterios del buen uso de los recursos informativos y de una honestidad intelectual a toda prueba que son indispensables en la búsqueda permanente de la verdad y en el servicio a la comunidad.

En su largo e infatigable recorrido, EL DEBER asistió al paso de más de una veintena de gobiernos de cuño diverso, entre demócratas y dictatoriales, en la siempre azarosa vida nacional. Cuando con sus verdades como puños llegó a incomodar al poder de turno, a sus ensoberbecidos administradores, nuestro periódico recibió amenazas y ataques que no surtieron ningún otro efecto que el de fortalecer el espíritu de su buena gente para no bajar la guardia y continuar, sin doblegarse, en la tarea cotidiana de buscar la información que lleve la luz donde se pretenda mantener la oscuridad.

Últimamente, el quehacer de EL DEBER ha sido calificado de ‘político’ y uno de sus periodistas, Guider Arancibia Guillén, recibió el intimidante llamado telefónico de un influyente funcionario del Gobierno, a raíz de la cobertura y difusión de un hecho conectado al narcotráfico y que ha comprometido a algunas entidades y autoridades nacionales.

Mucho más lejos ha pretendido llegar el viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, que además de negar una intención amedrentadora de su superior, antojadizamente atribuye ‘nerviosismo’ a EL DEBER porque existirían fotografías de sus periodistas con un connotado narcotraficante que se campeaba muy a sus anchas en el país, no obstante de pesar sobre él, desde 2015, una solicitud de extradición de una nación vecina inundada por droga que llega desde Bolivia.

Para confirmar o desvirtuar lo afirmado por el viceministro Quiroga, le solicitamos respetuosamente que, en plazo perentorio, entregue a las instancias que corresponda o haga público bajo responsabilidad de su despacho, el inédito material fotográfico, que además identifique con nombre completo y función específica a los supuestos ‘periodistas’ de EL DEBER que dizque aparecen retratados junto al capo narco. Nos permitimos, además, ofrecerle la más amplia cooperación si confronta alguna dificultad para atender nuestra solicitud. Con tranquilidad de conciencia, el espíritu sereno y los ‘nervios’ bien templados, en EL DEBER aguardaremos una pronta y esclarecedora respuesta como corresponde a nuestro compromiso permanente con la verdad.

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