Opinión

Doble aguinaldo en tiempo preelectoral

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11 de octubre de 2018, 4:00 AM
11 de octubre de 2018, 4:00 AM

El presidente escogió el inicio de una jornada emblemática, como el Día de la Democracia, y cargada de movilizaciones ciudadanas para confirmar la decisión que anunció en el primer trimestre del año, cuando se oficializó el acuerdo salarial con la COB. Esta vez no fue una noticia sorpresiva, pero causó la previsible protesta empresarial, duras críticas de algunos opositores, pero también la alegría de sectores laborales por el pago después de una pausa de dos años.

Apoyándose en informes de organismos como el Banco Mundial y en las cifras del INE sobre el crecimiento del PIB, Evo Morales apeló al decreto de 2013 para exigir a las empresas privadas y a las instituciones estatales la obligación del desembolso. El primer mandatario considera que la expansión económica en un 4,61 por ciento hace que se reinicie el pago del doble aguinaldo, sobre todo por el crecimiento de sectores como el agropecuario (6,6 por ciento), el de establecimientos financieros (6,4 por ciento), el de petróleo y exportación de gas (6 por ciento), el de construcción (5,7 por ciento) y otras industrias (5,1 por ciento).

Aunque es evidente que la economía boliviana sigue estable y crece más que otras economías de la región, son varios los sectores productivos que alertan desde hace al menos tres años del bajón de sus ingresos. La aparente bonanza acabó en 2015 o 2016, especialmente por la estrepitosa caída del precio del petróleo y la drástica reducción de los valores de las exportaciones de gas, lo que se siente en las empresas y en el consumo. Todavía hay sectores que crecen, pero también aumentaron notablemente sus costos laborales y operativos, lo que hace que para muchos empresarios sea imposible desembolsar el doble aguinaldo, si es que no contraen deudas o achican sus planillas de personal, lo que implica automáticamente un aumento del desempleo o el agravamiento de la precariedad del trabajo.

Por lo tanto, en vez de generarse con este decreto un círculo virtuoso prevalece un círculo tóxico. La celebración pasajera de los trabajadores que reciben el bono se convierte en tristeza cuando deben abandonar sus empresas por los despidos a los que recurren los privados para bajar sus gastos y garantizar la estabilidad de los empleados que quedan.

Como el doble aguinaldo se ha anunciado en pleno arranque del periodo electoral y en medio de un exponencial aumento de la tensión social y política, surge la duda justificada sobre la credibilidad de las cifras del INE. Como sabía el malestar que provocaría entre los empresarios, Evo Morales dijo que los convocará a dialogar, pero es improbable que retroceda. Los privados piden la anulación y otros un subsidio para cumplir el decreto. Hace tiempo que se veía venir la medida, por lo que se propuso iniciativas de auxilio. Lo deseable es que, al menos, se haya evitado generalizar el impacto o flexibilizar la exigencia, si no se quiere asumir el costo electoral que implica echarse para atrás.

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