Opinión

Días de íntima reflexión

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18 de abril de 2019, 4:00 AM
18 de abril de 2019, 4:00 AM

Hoy comienzan los actos religiosos más importantes de la Semana Santa. La celebración cristiana invita a una reflexión íntima respecto a los valores que sustentan la vida del individuo, de la familia, de las estructuras sociales y del poder con relación a la comunidad.

Durante esta semana se recuerda la última etapa de la vida de Jesús, quien vivió para dejar la impronta de ‘amarse los unos a los otros, como a sí mismos’. Esas palabras fueron revolucionarias en ese momento, cuando el poder constituido no aceptaba otras verdades que no fueran las que ellos enseñaban. Por esa razón, Jesús vivió un calvario y murió en la cruz. Es importante recordarlo ahora, porque ayuda a ver qué realidades de este momento no son aceptadas por los poderes constituidos, incluso los religiosos.

En la celebración de la misa crismal, el arzobispo de Santa Cruz llamó la atención con su mensaje a los sacerdotes. Habló del “desencanto y desesperanza” de la sociedad y también mencionó “el desánimo de los sacerdotes, al punto de poner en discusión su vocación sacerdotal”. Tras esas reflexiones, exhortó a los religiosos a no desanimarse, sino a encontrar razones de esperanza.

El diagnóstico del momento que vive la sociedad es evidente a todo nivel, por lo que las reflexiones son oportunas, no para buscar culpables de las circunstancias, sino para identificar la cuota individual de responsabilidad en el curso de los acontecimientos, a escala familiar, de la comunidad, del país y del mundo.

Estas fechas también deberían permitir que los creyentes de diversas religiones se respeten entre sí, que se acabe el afán de desprestigio mutuo, porque las bases esenciales de la fe son las mismas y porque Jesucristo planteó e hizo vida el amor incondicional, que significa validar al otro, independientemente de las características que tenga. Una visión universal permitiría descubrir que, aun los que piensan o viven de manera diferente, son hijos de Dios, que están viviendo su propio proceso en la Tierra. La compasión es un valor superior que permite borrar la separatividad.

Por otro lado, en esta Semana Santa muchas familias saldrán de las ciudades, en busca del descanso que otorgan los días sin trabajo. Es de esperar que la prudencia en la conducción y la responsabilidad de quienes tienen la misión de vigilar los caminos, permitan que, al finalizar el feriado, no lamentemos accidentes.

Que estos días permitan que cada persona ingrese en su templo interior y que reflexione. Si hay apertura, es posible que seamos mejores seres humanos después de estos días de introspección.

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