Opinión

Deseo del pueblo (¿para goce personal?)

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17 de diciembre de 2017, 7:02 AM
17 de diciembre de 2017, 7:02 AM

Acordate Moralito de aquel día que estuviste en Chapare y no quisiste hacer parranda. Te fuiste de mañanita, sería de la misma rabia (bis). (Interpretación libre de La Gota Fría).

Si bien ya sabíamos que el presidente tiene una rara mirada sociológica de las circunstancias en las que se desarrollan los acontecimientos y siempre justifica lo que hace en función a ello, esto de que “eso no es deseo de Evo, es deseo del pueblo (…)”, supera cualquier interpretación sociológica y se inscribe en un acto de caradurez e hipocresía política sin precedentes. 

El presidente Evo Morales argumentó en France 24 la dizque legalidad del fallo del Tribunal Constitucional adepto al poder que lo habilitó a repostularse indefinidamente, bajo la idea de que es deseo del pueblo, cuando es un hecho que el pueblo se manifestó el 21 de febrero y los resultados fueron adversos. 

Por si el ‘sociólogo del relato popular’ no se ha enterado de los resultados del referendo, es bueno avisarle que el No a ‘su’ repostulación ganó con el 51,3% de los votos, frente al 48,7% del Sí, de manera tal que esa es la decisión del pueblo. Seis de nueve departamentos: Pando, Beni, Santa Cruz, Chuquisaca, Tarija y Potosí votaron No; La Paz, Oruro y Cochabamba lo hicieron afirmativamente.

El iracundo papelonero (no hubo quién no note su molestia, su contenida ira y sus evasivas e ignorancia supina -sobre el tema en concreto- cuando se le preguntaron cosas como ‘dictadura’, la que el señor Morales definió como el producto de una acción armada únicamente, ignorando (de ahí lo supino) los cientos de casos en los que los votos facilitaron el ingreso del dictador, y la fuerza y el fraude se encargaron de lo demás… Pero, eso son detalles, para los desaguisados de don Morales… para él, los ‘movimientos sociales’ adeptos al poder pidieron, el Tribunal Constitucional aceptó y él se sometió.

Aún si el TCP no hubiera sido adepto al poder, es un hecho que Morales consiguió la hasta ahora posibilidad de repostular, merced a hecho jurídico y no por la voluntad del pueblo; un fallo que toma caprichosamente un postulado de garantía de derechos humanos (como si Morales y su Gobierno los respetaran) de un Tribunal Internacional y lo adapta al Estado boliviano, desconociendo el derecho del mismo a limitar y reglamentar derechos, con base en su soberanía legal constitucional. Pero no es este un asunto de rebatir en lo legal, sino de criticar en lo político porque lo de Morales se asoma peligrosamente a la sinrazón en su comportamiento, obnubilado por su afán de seguir siendo presidente a como dé lugar. 

El Gobierno ya mató por imponer su Constitución; ya mató para ‘cercar de adeptos sus cocales’ (Yungas de Vandiola y Yungas paceños son la prueba); ya urdió un separatismo sin pies ni cabeza, trayendo a mercenarios extranjeros y a un boliviano para lograr tal cometido. Para ello infiltró a los movimientos cívicos y políticos locales con tal objetivo, sin conseguir nada, salvo ser descubierto y, por supuesto, cientos de refugiados allende nuestras fronteras (más allá de ellas) y decenas de enjuiciados en un sainete convertido en inhumana tortura hace más de ocho años, de manera que no sería aventurado decir que no tendría empacho en repetir las mismas acciones ‘si la necesidad apremia’.

Supongo que a estas alturas estamos frente a un poder muy grande y con poderes inexistentes al frente… cómo seremos de ‘yetas’ que los cívicos, bajo el argumento de una marcha de todos, logró desarticular los movimientos de los jóvenes que aparecían como una esperancita de rebeldía… Supongo que la razón tendrá que ver con que si no son ellos, que no sea nadie. No todo es culpa de Morales, entonces, aunque va a ser a él a quien tendremos que sufrir.

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