Opinión

De lujos, robos, deportes y neuronas

El Deber logo
26 de mayo de 2018, 4:00 AM
26 de mayo de 2018, 4:00 AM

Mientras al país se lo saquea vorazmente desde donde es posible, robando a manos llenas a los bolivianos, por otra parte se derrocha millones de dólares en la construcción de un lujoso palacio para S.E., al tiempo que la Organización Deportiva Suramericana (Odesur) está cuestionada por presunta ‘mala praxis’ en la adjudicación de obras, y al vicepresidente se le ocurre decir estupideces a granel en la 
televisión.

Las páginas de los periódicos y los programas radiales y televisivos no salen de su asombro con la construcción de La Casa Grande del Pueblo, porque a nadie le cabe duda que S.E. sucumbió a los placeres burgueses y eso es comprensible si durante 12 años se ha dado todos los gustos que no se dio en una infancia pobre y una juventud de trompetista de banda chapareña y de frustrado futbolista, hasta que el azar político lo llevó a lo más alto de la política. Lo del ‘vivir bien’, que era dogma del masismo ingenuo, pasó a ser ‘vivir mejor’, y de ahí no hubo sino que dar un salto para lo que S.E. ama: ‘vivir espléndidamente’. Todos saben que La Casa Grande del Pueblo será espectacular (aunque de mal gusto), pero que ahí el pueblo no tendrá cabida, ni siquiera los aimaras, fuente de inspiración del mamotreto.

Y en cuanto al saqueo de las arcas nacionales, ya sabemos que lo del Fondo Indígena pasó sin que se recuperara un centavo del dinero robado, y que sucederá lo mismo con el asalto descarado al Banco Unión, que ha dejado boquiabiertos a todos. En Bolivia hay carta libre para robar a manos llenas y los cacos no desaprovechan la oportunidad de forrarse bien como un premio que ellos mismos se otorgan por su lealtad al ‘proceso de cambio’ y para asegurarse el puchero en vista a la llegada de las vacas flacas a fines de 2019. Total: todo un escándalo de los que no se habían visto nunca.

Por si fuera poco, los juegos de Odesur vienen envueltos en otro pasmo sobre contratos de obras donde se ha beneficiado a parientes dentro del régimen, pero que, además, no han cumplido con los plazos para la conclusión de obras en algunos casos. Los juegos se inician ya y resulta que nuestros atletas no han recibido la indumentaria necesaria para competir y algunos ni siquiera han tenido alojamiento. Aquí se inauguran coliseos y canchas todas las semanas, pero a los deportistas se los pasan por el forro. Eso ha significado que algunos de nuestros mejores atletas hayan tomado otra nacionalidad donde los respeten más y les ofrezcan futuro.

La hostia fueron las declaraciones que hizo el vicepresidente en el espacio televisivo No Mentirás. Mirábamos el programa y no podíamos creer que una persona en sus cabales pudiera expresar semejantes sandeces. El hombre quedó perplejo y no pudo reaccionar coherentemente cuando la periodista le preguntó por sus presuntos títulos académicos, pero el colmo fue cuando dijo, para zafarse del embrollo, que los izquierdistas eran los únicos sujetos inteligentes sobre el planeta y él, como comunista, no podría reconocer a un solo derechista que no fuera lelo. Fue como para reír, porque tampoco se quiso comprometer a un debate con alguno de los presuntos lelos, y para eludir, repitió que quería debatir con cinco neoliberales a la vez, es decir, con nadie concretamente. Habló tonterías sobre sus neuronas y nos dejó bastante preocupados por su salud mental.

Eso es lo que vemos y oímos los bolivianos en estas épocas del Pachacútec, donde desde el poder se roba mucho, se vive espléndidamente, se pierde juventud prometedora y se hablan estupideces.

Tags