Opinión

De la certeza a la incertidumbre

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25 de noviembre de 2017, 4:00 AM
25 de noviembre de 2017, 4:00 AM

De un día para otro el proceso electoral en Chile pasó de algunas certezas a una marcada incertidumbre. Como ya es habitual, no pocos culpan a los sondeos sobre intención de voto por la brecha entre sus resultados y los de las elecciones del domingo. En algunas críticas no está ausente la creencia de que las encuestas sirven para pronosticar el comportamiento y no solo para retratar la actitud o los ánimos en un determinado instante.

Terminado el recuento de votos, dos fueron las principales sorpresas: el 36,6% de los votos logrado por Sebastián Piñera del conglomerado Chile Vamos en lugar del 42% previsto por Cadem o el 44% por el Centro de Estudios Políticos (CEP) y el 20,3% por Beatriz Sánchez, de la coalición Frente Amplio, en lugar del 14% previsto en el mismo sondeo o el 8% en otro del CEP. Acertadamente, el diario La Tercera consideró estos resultados como “inesperados”. No fue sorpresivo el 22,3% de Alejandro Guillier, de la alianza Nueva Mayoría, que le dio derecho a disputar el sillón presidencial con Piñera en la segunda vuelta de los comicios prevista para el 17 de diciembre. Los pronósticos tampoco acertaron en cuanto a la abstención. En la primera vuelta votó el 46,6% de los inscritos en el padrón electoral. El CEP estimó que lo haría entre el 35 y el 40%. 

Según el diario El Mercurio, el error en las encuestas se debe, sobre todo, a las dificultades para precisar la categoría de “votante probable” utilizada en las mismas. Por diversas razones técnicas, los votantes probables difícilmente podrían ser representativos de todos los votantes. Es aconsejable, por ende, que en futuros sondeos no se realicen estimaciones sobre votantes probables.

Esta primera vuelta ha mostrado, también, el éxito logrado por la denominada ‘izquierda dura’ representada por el Frente Amplio y en desmedro de la centroizquierda social demócrata de la Nueva Mayoría. No menos elocuente ha sido la señal para Piñera de que su suerte en la segunda vuelta depende de si se orienta más hacia la derecha liberal que hacia la derecha conservadora. En términos simples, lo que antes del 19 de noviembre parecía un triunfo fácil se ha convertido en un esfuerzo con resultado incierto. Asimismo, la que era vista como una contienda poco animada se ha vuelto una disputa más reñida. 

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