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25 de mayo de 2018, 4:00 AM
25 de mayo de 2018, 4:00 AM

¿Se acuerdan hace muchos, muchos años, cuando el país todavía era República; cuando todavía existía la Contraloría General; cuando había un margen para la detección de gastos incorrectos; cuando podía investigarse para establecer diferentes responsabilidades por el manejo de la hacienda pública; cuando actuaba la justicia?

Una auditoría interna detectó en 1998 compras indebidas para dar mayor comodidad a Luis Alberto Valle, quien había mandado equipar una alcoba en la Prefectura de La Paz. Aunque presidía el país su suegro, General Hugo Banzer, la CGR ordenó una auditoría especial aplicando la Ley Safco y sus ocho sistemas. El periodismo siguió de cerca lo que entonces parecía un lujo inaceptable para un país pobre. ¿Ayudaría ese dormitorio al trabajo de esa autoridad? ¿Por qué hubo adquisiciones sin licitación?

En 2009, el Juzgado Cuarto Administrativo Coactivo Fiscal y Tributario ordenó al exprefecto Valle y a otros funcionarios de menor jerarquía devolver en cinco días al Estado 99.000 dólares por los gastos en la bautizada ‘Chito alcoba’.

En 2010, la presidenta de la Aduana Nacional, Marlene Ardaya, denunció que su antecesor tenía una “López alcoba” y la Ministra de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Nardy Suxo, exclamó azorada: “Además con frigobar”.

Ahora, el país conoce cómo el proceso de cambio ha centuplicado esas comodidades para la ‘Evo suite’ de mil metros cuadrados, un espacio que probablemente ninguno de los grandes industriales o comerciantes bolivianos tiene para su uso propio. Ni los dueños de cholets.
 “Se lo merece”, dicen los diputados del Movimiento al Socialismo. “No dejaremos que nadie hable mal del palacio”, amenaza el dirigente de los campesinos. Voceros y otros militantes aplican diferentes explicaciones, razonamientos, consignas para mostrar que todo es legal, legítimo y corresponde al Estado Plurinacional.

Otros comentaristas en radios y redes calculan cómo aprovechará el originario de Orinoca su flamante piso privado. ¿Cuánto se erogará en amoblar la alcoba? Parecería obvio que un espacio tan grande no tendrá una cama de una plaza sino una king (rey, in english), bellas lámparas, mesas de noche, escritorio, espejos de media luna y de cuerpo entero, candelabros, alfombras, cuadros (¿o serán pósteres con el Che, la coca, su novia?).

Igual sucederá con cada lugar, sea baño, sauna, jacuzzi para una o dos personas, sala de masajes, gimnasio, comedor grande, comedor chico, cocina, alacena, sala de máquinas, escritorio, salita social, salita para ver TV.

Evo Morales admira mucho a Fidel Castro y a Cuba. Podría aprender que en La Habana se actuó recuperando lo anterior a la Revolución, incluso dándoles vida nueva, como logró el gran Eduardo Leal interviniendo el centro urbano. Castro vivía a salto de mata por razones de seguridad, seguramente gozando también los beneficios del poder, pero nunca con el nivel de grosería que embadurna al MAS.

En esta confusión de casa, oficina, gabinete, quién cubrirá las cuentas de luz, agua, internet. ¿Alfredo Rada, Leonilda Zurita o todos los que pagamos impuestos?

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