El Deber logo
9 de julio de 2019, 4:00 AM
9 de julio de 2019, 4:00 AM

Dice la presentación oficial, que la Nueva Agenda Urbana busca promover ciudades más incluyentes, compactas y conectadas mediante la planificación y diseño urbano, gobernanza, legislación, y la economía urbana, y procura crear un vínculo de refuerzo recíproco entre urbanización y desarrollo. La Agenda se aprobó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible en Quito, el 20 de octubre de 2016, y la Asamblea General de diciembre de 2016, le dio condición de instrumento aplicable.

Antes de esas fechas, la vida en ciudades ya ocupaba el debate de estados, organismos internacionales, redes de gobiernos territoriales, organizaciones de la sociedad civil, debido al crecimiento urbano y la presión de la población sobre los servicios básicos, trasladándose todo a objetivos de desarrollo sostenible. Migración, despoblamiento rural, cambio climático, seguridad alimentaria, trabajo digno, servicios públicos de calidad, oportunidad para los jóvenes, políticas de reivindicación plena en favor de las mujeres, conectividad, vida en ciudades, ocio productivo, se entrelazan demandando políticas públicas y compromisos efectivos con plazos para su cumplimiento.

En ese esfuerzo, un conjunto de organizaciones, instituciones y académicos, hemos asumido la responsabilidad de trabajar buscando explicación y alternativas a esos fenómenos. Nos ha correspondido al Cepad coordinar siete encuentros internacionales vinculados a la categoría ciudades intermedias, tratando de encontrar respuestas a las causas y consecuencias del despoblamiento rural, formas como el asociativismo municipal pueden ayudar a resolver los problemas en los territorios; cómo las ciudades intermedias pueden contribuir a mitigar la migración campo/ciudad y, si se puede superar la dicotomía urbana/rural avanzar hacia el desarrollo territorial sustentable. Continuamos realizando análisis de los procesos de despoblamiento rural en España y de migración urbana en Latinoamérica, estableciendo elementos similares, diferentes y complementarios, y hemos hecho nuestras las conclusiones de la Agenda Urbana de Hábitat 3 y del Congreso de Flacma realizado en marzo del 2019.

Nuestro aporte ha identificado cinco condiciones que se repiten cuando analizamos las consecuencias: que los procesos migratorios seguirán porque son una tendencia mundial; que esta tendencia genera el despoblamiento rural y el abandono de extensiones territoriales; que al producirse la migración a las ciudades y áreas periurbanas, sobre ellas se produce una presión de servicios e infraestructura; que no hay antecedentes de retorno poblacional masivo a los territorios de origen; y, que las políticas públicas no modificaron la tendencia. La nueva agenda urbana presenta un cambio de paradigma basado en la ciencia de las ciudades; establece principios para la planificación, construcción, desarrollo, gestión y mejora de las zonas urbanas en sus cinco pilares de aplicación: políticas urbanas nacionales y normativas urbanas, planificación y diseño, economía local y finanzas municipales, e implementación. Para debatir sobre estos principios nos reuniremos el 15 y 16 de julio en Santa Cruz de la Sierra. Hay razones para estar preocupados por lo que está ocurriendo en nuestras ciudades y no tenemos por qué inventarnos las respuestas. Escuchemos qué nos dicen los que las han encontrado.

Tags