Opinión

Cronistas de Potosí

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16 de noviembre de 2017, 4:00 AM
16 de noviembre de 2017, 4:00 AM

Más allá de las desgracias que le acarreó su legendaria riqueza, Potosí es la ciudad que puede preciarse de tener más de un cronista para registrar su pasado y presente. El más conocido es Bartolomé Arsanz de Orsúa y Vela, reconocido como “cronista mayor de la Villa Imperial de
Potosí” mediante la Ordenanza Municipal No. 26/74, y sobre el que ya ha corrido bastante tinta.


Arsanz es extraordinario, entre otras cosas, por el hecho de que no esperaba que se publique su obra. Primero escribió los Anales de la Villa Imperial de Potosí, como una maqueta de lo que después fue su monumental Historia de la Villa Imperial de Potosí… que solo se publicó completa en 1965, cuando la Universidad Brown de Providence, Rhode Island (EEUU), la editó en tres tomos con un estudio crítico de Gunnar Mendoza y Lewis Hanke.

Uno de los mayores estudiosos de la obra de Arsanz es Mariano Baptista Gumucio que, no obstante su cuna cochabambina, está tan enamorado de Potosí que no se esfuerza en ocultarlo. Fue él quien publicó los Anales… en 1970, cuando era ministro de Educación y Cultura y, pese a que estos ya habían visto la luz antes  solo entonces alcanzaron la difusión que convirtieron a Arsanz en el escritor emblemático de Bolivia.

Fascinado con el cronista mayor de Potosí, Gumucio lo estudió al punto de publicar todo un estudio sobre él, El mundo desde Potosí, vida y reflexiones de Bartolomé Arsanz de Orsúa y Vela (1676-1736)”, cuya virtud es describir, por primera vez, al misterioso hombre que estuvo escondido detrás de la Historia… durante más de dos siglos.

Infatigable en su labor investigadora, Baptista sorprendió con otra antología en 2011, La ciudad de Potosí vista por viajeros y autores nacionales del siglo XVI al XXI, que es uno de los más extraordinarios y variopintos documentos sobre la Villa Imperial.

Al margen, cada vez que tiene que realizar algún estudio historiográfico, o simplemente un artículo, incluye siempre a Potosí, como en la reciente Un río que crece, 60 años en la literatura boliviana, 1957-2017.  

Por ello, no está lejos de la verdad el afirmar que Mariano Baptista Gumucio logró alcanzar la importancia de su personaje de estudio, Arsanz, y se convirtió en el cronista del Potosí actual.

Por si fuera poco, a él se sumó su esposa, Beatriz Rossells Montalvo, que es autora del mayor libro sobre gastronomía boliviana publicado hasta la fecha, La gastronomía en Potosí y Charcas, siglos XVIII, XIX y XX, que, como se ve, gira, también, en torno a la Villa Imperial.

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