Opinión

Crítica de Moody’s

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8 de enero de 2018, 4:00 AM
8 de enero de 2018, 4:00 AM
La calificadora de riesgos Moody’s dice en su informe de enero de 2018 que Bolivia sigue siendo uno de los países más atrasados de América Latina debido a las políticas económicas estatistas que aplica el Gobierno de Evo Morales.


Nadie lo había dicho de manera tan clara, hasta ahora. Es el estatismo el que frena la economía boliviana y mantiene los niveles de atraso, además de ahuyentar las inversiones.


El Gobierno boliviano decidió aplicar algunas reformas en su política económica, pero todavía no ha llegado al fondo del asunto: sigue siendo estatista, muy estatista.


Ser estatista quizá no sea un error por sí mismo, pero si lo eres y además cometes errores garrafales en la asignación de recursos en las iniciativas monopolizadas por el Estado, eso ya es grave.


Un informe de la agencia Reuters dice que ocho años después y 450 millones de dólares gastados en ese lapso, el proyecto de explotación del litio, un proyecto estatista, sigue paralizado.


La empresa estatal de evaporíticos, como se llama la creada por el Gobierno de Evo Morales, tiene ahora, además de muchos supernumerarios, una producción mensual de litio de 10 toneladas, mientras que Chile produce 5.833 y Argentina 2.500.


A los estados de Chile y Argentina no les costó nada llegar a esos volúmenes de producción, pero a Bolivia, como dice el informe, le cuesta, hasta ahora 450 millones de dólares.


Hay que aclarar que la empresa de nombre tan evaporizado ha tomado la iniciativa de crear una ensambladora de baterías de litio, que fue instalada en Potosí, para poner en su lugar las piezas llegadas de China, pero ni siquiera eso ha avanzado.


Los argentinos, en cambio, anuncian para el mes de junio el comienzo de operaciones de una fábrica de baterías de litio en San Salvador de Jujuy, a cargo de una empresa argentina, del sector privado.


La idea del Gobierno boliviano respecto del litio está basada en que no se puede entregar a la “voracidad del imperialismo” la explotación del mayor yacimiento del mundo.


Los gobiernos de Chile y Argentina, que tienen yacimientos número dos y número tres del mundo, han entregado a la voracidad de sus empresas privadas el proyecto y están ahora encabezando la oferta de litio y nadie cree que Bolivia pueda alcanzarlos.

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