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24 de enero de 2018, 4:00 AM
24 de enero de 2018, 4:00 AM

Creo en la libertad de pensar, elegir, opinar y actuar sin injerencia o imposición de nadie. Pertenezco a una agrupación que se llama humanidad y mis acciones son regidas por principios y valores que profeso y no por consigna u obediencia ciega. 


Creo en la igualdad de los seres humanos. Veo que lo que tenemos en común es mucho más que nuestras diferencias. Por eso rechazo cualquier tipo de racismo o discriminación, venga de donde venga.


Creo en el amor, la solidaridad, la tolerancia e inclusión como fuerzas que unen y desarrollan a las personas y naciones. Por eso, exijo a las autoridades callar las voces de confrontación, violencia y racismo que enarbolan en sus discursos buscando sembrar odio y temor.


Creo que vivimos en un país bendecido por bosques, montañas, selvas y llanuras que debemos preservar y proteger ya que no hacerlo sería un suicidio. Por eso, no estoy de acuerdo en partir el Tipnis en dos y que se quiera construir las represas del Bala y el Chepete desoyendo las voces de gran parte de la sociedad, especialmente de quienes han vivido allí por centurias.


Creo en Bolivia y en su futuro. Deseo que las nuevas generaciones vivan y desarrollen sus potencialidades en un país  que les permita hacerlo. Por eso elevo mi voz de protesta y rechazo el atropello, abuso y autoritarismo de aquellos que por sentirse poderosos pretenden configurar un país solo para algunos y no para todos.


Creo en la constitución, las leyes y el estado de derecho, en instituciones públicas sólidas e independientes. Por eso, rechazo el prorroguismo y caudillismo, venga de donde venga. No creo en el poder mesiánico de las personas. Si en 10 años no han logrado formar y preparar nuevos liderazgos no es culpa nuestra. Asuman las consecuencias y no pretendan interpretar y acomodar las leyes a sus intereses personales.


Finalmente, creo que antes que autoridades, los gobernantes son servidores públicos cuyo salario proviene de nuestros impuestos. Por eso, exijo respeto a mi voto y pido que dejen de descalificar al que piensa distinto haciendo del temor y la violencia las herramientas para gobernar.
Exijo respeto a la decisión tomada el 21-F y pido la abrogación del nuevo Código Penal para que este se construya en base a diálogos, debates y la participación ciudadana