Opinión

Cortacintas de ocasión

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18 de febrero de 2018, 20:15 PM
18 de febrero de 2018, 20:15 PM

A la primera persona que escuché pronunciar la palabra ‘cortacintas’ fue al doctor Carlos Valverde Barbery, para referirse a ciertos impostores que en los actos de inauguración de obras sociales ejecutadas por otros; no se hacen problema alguno con tal de figurar en la foto y en la placa de bronce. Los cortacintas son usurpadores de méritos ajenos y de ellos está llena nuestra historia. Con sobrada razón, el general Bonaparte, solía pedir a su estado mayor no olvidar que: “La victoria tiene muchos padres, mientras que la derrota es huérfana".

Con motivo de la constituciónalizacion del  Estatuto Autonómico -una gran victoria para los autonomistas de la Gobernación- también hicieron acto de presencia los cortacintas de ocasión, representados en tan solemne oportunidad, por el actual presidente de la Asamblea Legislativa Departamental que, muy  suelto de cuerpo, dijo:    "Sí, señores, estuvimos del lado correcto de la historia, junto lo hicimos". Pero, "estuvimos" y "junto", es mucha gente, porque fueron "otros" los que estuvieron en la trinchera desde el principio. Que sepamos, él es un autonomista de última promoción, puesto a dedo por el gobernador, no sabemos por cuáles merecimientos, pero las circunstancias influyeron para que pudiera estar en el lugar y el momento preciso para cortar cinta.

También entre los homenajeados, salvando honrosas excepciones, figuran otros impostores quo poco y nada hicieron por la autonomía. Y esto lo dicen quienes no pudieron estar en la testera por razones de fuerza mayor, ni hubieran aceptado estar, porque el estatuto constitucionalizado no es el que ellos elaboraron, y por el que estuvieron bien cerca de desatar una guerra civil en el intento de constituir un "gobierno propio", ya que fueron descubiertos a tiempo. Pero vaya y pase tal omisión, lo que no se puede admitir es que hubieron borrado del mapa al caudillo Andrés Ibáñez después de haberlo usado como su caballito de batalla. Tal vez lo ignoraron porque el caudillo, más que autonomista era igualitario, mientras que ellos son todo lo contrario.

 Y, efectivamente, no se justificaba tanta alharaca por un documento cercenado (a la manera de Jack el Destripador), hasta extirpar todo vestigio de federalismo, que fue el modelo por el que votaron los cruceños de a pie en la creencia de que lo hacían por la autonomía pura y simple. Ese fue el discurso que vendieron los ‘comiteístas’ de la época. 

Consiguientemente, el referéndum del 4 de mayo del 2008 fue plata botada y un gran fraude, precursor del referéndum del 21–F, al que le dieron carácter vinculante para que no quedara en otra victoria de papel como quedó la primera consulta, y buscan reivindicarse anunciando grandes movilizaciones. El oficialismo tampoco se cruza de brazos y, como dijera José Martí, “es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz”.

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