Opinión

¿Cómo quiere Evo pasar a la historia?

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15 de agosto de 2018, 4:00 AM
15 de agosto de 2018, 4:00 AM

El presidente Evo Morales acaba de convertirse en el hombre con mayor permanencia en el poder, 12 años y medio gobernando Bolivia, más que todos sus antecesores. Es innegable que durante ese tiempo ha habido hitos y transformaciones importantes en el país; también hubo y hay sombras. Del mandatario y de sus próximos pasos depende cómo se seguirán escribiendo las páginas de la historia de este país.

La inclusión social, que el indígena y el campesino sean reconocidos por todos, es quizás uno de los logros más trascendentales, seguido de la transformación económica que ha permitido que millones de bolivianos salgan de la pobreza y que otros tres millones pasen a formar parte de la clase media. Es destacable asimismo la determinación que le permitió hacer un alto a la letanía y elevar el tema marítimo ante el mayor tribunal de justicia de la humanidad.

Tampoco se puede desconocer que el Gobierno de Evo Morales consiguió mayores ingresos a través de gravar más impuestos a las petroleras; a pesar de que la nacionalización le hubiera costado miles de millones de dólares a Bolivia.

Sin embargo, desde el principio y hasta el presente, el presidente y su entorno no lograron superar el lenguaje divisionista frente a quienes criticaron a su gobierno; como efecto de ello, Bolivia tiene la tristeza de tener exiliados y presos políticos.

Tampoco se ha conseguido reconducir la economía para lograr una diversificación que permita dejar el extractivismo y la dependencia de los hidrocarburos y minerales. En los últimos meses, por el contrario, el Gobierno ha profundizado las diferencias con el sector privado, como efecto del incremento salarial y el anuncio de la posibilidad del doble aguinaldo.

A todo lo anterior se añade el que puede ser visto como el punto más oscuro del gobierno récord de Evo Morales: el desconocimiento del voto ciudadano en el referéndum del 21 de febrero de 2016 que le prohíbe postularse en una nueva justa presidencial. Todo lo logrado se empañará, sin duda, si es que se burla la voluntad del pueblo en los próximos comicios.

Más allá de una estrategia política partidaria, el creer que es el único capaz de gobernar atenta contra sus propios correligionarios, subestimándolos y vulnerando los principios de la democracia.

Por eso, cuando Evo Morales se ha convertido en el presidente con más tiempo en el poder, es importante que reflexione sobre cómo quiere quedar en la historia: como el hombre que ha logrado grandes transformaciones en Bolivia o como el que burló el voto de los bolivianos e impuso la repostulación. La decisión está en sus manos.

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