Opinión

Cara a cara...

El Deber logo
16 de agosto de 2018, 6:00 AM
16 de agosto de 2018, 6:00 AM

José Mujica confirma con sus dichos y con sus hechos que es un político atípico, admirable y simplemente excepcional. La coherencia es una de las mejores virtudes de una persona y un atributo lamentablemente escaso en los políticos o los que nos gobiernan. Implica hacer exactamente lo que se piensa o pregona. Mientras en Bolivia presentan “renuncias irrevocables” que horas después se revisan, en Uruguay el expresidente anunció su renuncia voluntaria al cargo de senador por “motivos personales”, a lo que se agrega que no recibirá el beneficio del subsidio sino solo la jubilación. A sus 83 años, este hombre sabio ha dicho: “Hay un tiempo para venir y otro para irse. Así como se caen las hojas de los árboles, también nos caemos nosotros”. Gesto noble que ratifica su grandeza de cerrar ciclos cuando corresponde.

Qué distinto este gesto de grandeza política y humana a la del presidente Donald Trump, que ha vuelto a incurrir en un penoso acto de violencia verbal al calificar de “perra” a una de sus exasistentes. Probablemente no pasará nada con él por esta nueva agresión, que confirma aquella idea de que era tan pobre que no tenía más que dinero y, podríamos agregar, poder.

Las deudas impositivas al fisco bordean los Bs 30.000 millones. Es una cifra alta, por lo que el Gobierno ha propuesto un “perdonazo” de multas e intereses. Es una oportunidad para ponerse al día con el SIN, del que muchos se quejan por su constante y asfixiante asedio. Ojalá que la medida sea una verdadera ayuda para los contribuyentes que tanto necesitan no estar siempre contra la espada y la pared, de manera de poner su atención a producir y no solo a tributar.

Tags