Opinión

Cara a cara...

El Deber logo
25 de enero de 2018, 4:00 AM
25 de enero de 2018, 4:00 AM

Después de haber defendido apasionadamente y durante varias semanas el Código Penal, el oficialismo abrogó en Diputados a regañadientes, por su disputa con los opositores, la polémica norma. Fue una sesión cargada de emocionalidad y de reproches. La pérdida de la serenidad parece ser general, tal vez de unos más que otros. Con el código abrogado como resultado de una demanda ciudadana masiva, queda definir la hoja de ruta para no repetir las fallas que evitaron su vigencia y tener una futura norma consensuada. Eso implica un nuevo y amplio debate con todos los sectores representativos de Bolivia y no solo con los de un lado, ya que se vio últimamente que la población no negocia sus derechos ni acepta más imposiciones. La carga emocional debe disminuir para recuperar más bien la racionalidad en una discusión trascendental.

 

Percy Fernández estalló ayer por la resistencia de algunos sectores de gremialistas a trasladarse a un nuevo mercado con mejores condiciones laborales. Aunque no faltarán los que le pongan el foco de atención al tono de las palabras del alcalde, el ánimo y la posición de la autoridad coinciden probablemente con los de muchos ciudadanos que padecemos por el desorden y que, como él, muchas veces también estallamos de impotencia. El incidente no puede frenar la agenda de la ciudad que urge a ordenar a muchos vendedores.

 

Brasil y Venezuela son centros de atención por la disputa política. Lula está al borde de no ser candidato debido a un fallo que lo inhabilita, mientras que Maduro postulará en comicios adelantados. Lo que ocurra en ambos países puede impactar en la política regional. 

Tags