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25 de febrero de 2019, 6:00 AM
25 de febrero de 2019, 6:00 AM

Venezuela vive horas cruciales, sobre todo después de que su presidente encargado, Juan Guaidó, anunciara que planteará a la comunidad internacional “tener abiertas todas las opciones para liberar a su patria”. Esto implica tal vez apelar como recurso final a la fuerza y/o a la intervención externa, lo que puede derivar en el mayor y más indeseado de los costos. Maduro se aísla cada vez más internacionalmente y comete torpeza tras torpeza por no dejar el poder, como el bloqueo al ingreso de ayuda humanitaria para sus compatriotas. Entre tanto, suman los muertos, hay deserciones militares y el hambre causa angustia, lo que obliga a migrar. Mientras se alargue la permanencia de Maduro, más alto será el costo social, ya que cuando un régimen se desploma se hace más peligroso en su etapa terminal. Guaidó sostendrá hoy una reunión del Grupo de Lima para acelerar decisiones.

Entre tanto, Carlos D. Mesa opinó en el programa Asuntos Pendientes que el desenlace de la grave crisis venezolana tendrá un claro impacto en el momento político boliviano. Si Maduro sale pronto del poder, la atención internacional se pondrá en otro nivel hacia lo que pasa en Bolivia con la nueva postulación de Evo Morales y con el Tribunal Electoral. Una cosa es que suceda en plena campaña, y otra, después de los comicios presidenciales, previstos inicialmente para octubre. Por lo tanto, la mirada en Venezuela en los días que vienen es indispensable.

El presidente habría insinuado que se pueden adelantar o posponer las elecciones previstas para octubre, ya que hay otras simultáneas en la región. Esta idea sorprende, pero generalmente las ideas de Morales se ejecutan, se oponga quien se oponga. Habrá que encontrar una explicación clara de su intención.

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