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8 de septiembre de 2019, 4:00 AM
8 de septiembre de 2019, 4:00 AM

La Fiscalía Antidroga tendría que haber atendido a tiempo, para desterrar dudas justificadas, una demanda reiterada: que devuelvan los bienes sustraídos y disponer una inspección a la lujosa vivienda incautada en un barrio residencial cruceño a un sujeto vinculado a actividades ilícitas, ahora recluido en Palmasola. El abogado defensor dijo haber elevado la solicitud cuatro veces, sin respuesta alguna. La mansión, según la denuncia, fue desmantelada e incluso se sustrajeron artículos de uso personal de su propietario y sus familiares. Algún inescrupuloso puede estar ‘estrenando’ zapatos finos, camisas, pijamas o ejercitando el músculo en un moderno gimnasio. Un funcionario de la Fiscalía aseguró que todo lo incautado fue entregado a Dircabi que, a su vez, niega el robo y asegura que los bienes están inventariados y que los objetos personales fueron devueltos a familiares del detenido. Nada entonces se habría perdido donde los ratones cuidan el queso y los bienes incautados, como por arte de magia, suelen evaporizarse o aparecer en manos ajenas.

En Bolivia, el ‘juqueo’ consiste en robo de minerales. Hace poco, numerosos ‘jucus’ (ladrones) armados intentaron sustraer estaño de la empresa minera Huanuni a la que al año le ocasionan al menos ¡$us 10 millones de pérdidas! Un despistado viceministro de Minería dice no saber si el muy lucrativo ‘juqueo’ se debe a la pobreza, al desempleo o a la falta de oportunidades en la región donde puede ser que, como en otras partes del país, la ausencia del Estado, la corrupción y la impunidad se dejan sentir.

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